“Teen Titans Go! La Película” es, sin lugar a dudas, una experiencia cinematográfica que obliga a recalibrar las expectativas. Inicialmente, la premisa –la búsqueda por parte de los Jóvenes Titanes de un director para su primera película– parece un punto de partida inocente y, quizás, un poco tonto, típico del universo de la serie animada. Sin embargo, a medida que la película avanza, se revela como una celebración descarada y a veces, excesivamente frenética del humor absurdo y de la estética de “Teen Titans Go!”.
La dirección de Ben Gluck es, en su mayoría, una auténtica salvación. Logra mantener un equilibrio precario entre la parodia y el entretenimiento genuino. El ritmo es vertiginoso, con cambios bruscos de tono que se adaptan sorprendentemente bien a la naturaleza de la serie. No obstante, a veces la energía se siente un poco descontrolada, con gags que se prolongan innecesariamente, como si el director se dejara llevar por la abundancia de ideas sin aplicar un filtro crítico. El uso del stop-motion para algunos segmentos es particularmente efectivo, aportando un toque visual único y que complementa a la perfección la estética de la serie.
Las actuaciones de voz, como es habitual en la serie, son impecables. Michael Cimino como Robin está en su mejor momento, aportando una mezcla perfecta de sarcasmo, exasperación y vulnerabilidad. Will Arnett como Red Robin se mantiene como el cerebro y el corazón del equipo, aunque, a pesar de su rol, a veces parece que le falta un poco de chispa. Lauren Jill Sands como Starfire aporta una elegancia natural, y por supuesto, justo, la presencia de Kevin Conroy como Batman sigue siendo una alegría para los fans de la franquicia DC. Los actores de voz han sabido capturar la esencia de los personajes, transmitiendo su personalidad particular con maestría.
El guion, sin embargo, es donde la película tiene sus mayores fallas. Si bien hay momentos brillantes de humor inteligente y referencias a otras películas de superhéroes, en general, la comedia se siente repetitiva y, a veces, forzada. La trama principal –la búsqueda del director– es poco más que un pretexto para una sucesión de gags y situaciones absurdas. El villano, en este caso, es un disco rayado de nombre “Disco” (interpretado por Josh Halloway), se siente más como un elemento de relleno que como una amenaza real. La película carece de una profundidad emocional y de una coherencia narrativa que la elevaran por encima de la mera parodia.
A pesar de sus defectos, “Teen Titans Go! La Película” ofrece entretenimiento si se consume con la mente abierta y con la expectativa correcta. Es una película que celebra el humor tonto y la nostalgia de la serie, y que seguramente resonará más con los fans más acérrimos. No es una obra maestra cinematográfica, pero cumple su cometido de ofrecer una experiencia divertida y absurda.
Nota: 6/10