Tengo ganas de ti (2012)

“Tengo ganas de ti” no es una película que deje una huella imborrable en la memoria, pero tampoco es una experiencia particularmente decepcionante. La película, dirigida por Pablo Muñoz, se presenta como un melodrama contemporáneo con la ambición de explorar la complejidad de las relaciones amorosas y el peso del pasado, aunque al final, se queda en una narrativa bastante convencional y, en ocasiones, predecible. La premisa – un hombre que regresa a su pueblo natal después de un tiempo en Londres, atormentado por un primer amor y la posibilidad de una nueva relación – es una base sólida, pero la película no profundiza lo suficiente en la psicología de sus personajes.

La película se centra en Hache (interpretado por Miguel Hervás), un tipo algo taciturno y con un aire melancólico que refleja su conflicto interior. Su vuelta a casa no es un reencuentro con la alegría, sino con una vaga sensación de obligación y una profunda incomodidad. Hervás ofrece una actuación digna, transmitiendo la introspección del personaje y la dificultad de superar el pasado, aunque a veces su interpretación resulta un tanto pasiva, sin explotar al máximo el potencial dramático. La actriz que da vida a Gin (María Valverde) tiene un papel más activo, aportando un dinamismo y una vitalidad que contrasta con la melancolía de Hache. Su Gin es, sin duda, la mejor parte de la película, con una química notable con Hervás en las escenas en que interactúan. Sin embargo, la construcción de su personaje, aunque ligera y atractiva, se siente un tanto superficial.

La dirección de Muñoz es competente, aunque carente de una personalidad distintiva. El film se beneficia de un entorno rural andaluz que, si bien no es el foco principal, contribuye a crear una atmósfera de cierta languidez y quietud. La fotografía, cuidada, destaca por sus colores cálidos y la iluminación, buscando crear una sensación de nostalgia. El guion, adaptado de una novela de Juan Carlos Berriz, presenta diálogos ocasionalmente torpes y una estructura que, aunque lógica, podría haber sido más audaz. La película no se aventura en territorios inexplorados, y en su intento de ser un romance moderno, recae en clichés y situaciones que ya hemos visto repetidas muchas veces. La relación con Babi (interpretada por Ana Guerra), la antigua novia, es manejada con una cierta simplificación, presentada más como una amenaza que como un conflicto emocional complejo. No se explora el porqué de la ruptura con profundidad, lo que reduce la carga dramática.

En definitiva, “Tengo ganas de ti” es una película agradable para una noche de cine, con actuaciones decentes y una estética cuidada. Sin embargo, su falta de originalidad y su desarrollo argumental limitado impiden que alcance una mayor profundidad y trascendencia. Es un melodrama con una premisa interesante pero que no llega a conectar emocionalmente de la manera que se esperaba.

Nota: 6/10