Tenure (2009)

“Tenure”, la nueva comedia de Noah Baflin, no es la obra maestra de comedia que algunos esperaban, pero ofrece un retrato observacional y, a menudo, desconcertante de la academia y de la precariedad de la existencia profesional. La película se centra en Charlie Thurber, interpretado con una sutil vulnerabilidad y una pizca de autodestrucción por parte de Ben Stiller, un profesor asociado con un talento innegable que se ve constantemente frustrado por su falta de tenencia. La película no glorifica su figura, sino que explora las consecuencias de la inseguridad y la procrastinación, revelando un hombre que ha idealizado su potencial y que, en realidad, se ve a sí mismo como un fracaso constante.

La dirección de Baflin es precisa y se centra en la atmósfera claustrofóbica del departamento de filosofía. Los diálogos, escritos principalmente por Baflin, son agudos y a menudo absurdos, reflejando el lenguaje especializado y la desconfianza que caracterizan el entorno académico. La película se mueve entre el humor negro y la ironía, ofreciendo momentos genuinamente graciosos, aunque también deja que se filtre una cierta amargura. El ambiente académico, lejos de ser idealizado, se muestra como un lugar de egos frágiles, rivalidades silenciosas y una constante búsqueda de validación. La película no cae en estereotipos fáciles; en cambio, presenta personajes complejos y moralmente ambiguos.

El punto fuerte de la película reside en las actuaciones. Además de la interpretación de Stiller, que es brillante en su representación de un hombre atrapado en una espiral de autocrítica, las secundarias también son muy convincentes. La actuación de Aubrey Plaza como la nueva profesora, Dana, es especialmente destacada. Plaza ofrece una mezcla perfecta de sofisticación y vulnerabilidad, creando un personaje que es tanto una amenaza para Charlie como un espejo que refleja sus propias inseguridades. El dinamismo entre los dos actores es el corazón de la película y lo que le da su mayor peso dramático.

Sin embargo, “Tenure” no está exenta de fallas. El ritmo puede ser irregular en algunos tramos, y el guion, aunque inteligente, a veces se pierde en detalles innecesarios. El enfoque excesivo en la dinámica entre Charlie y Dana, si bien crucial, podría haber permitido un desarrollo más completo de otros personajes secundarios. Aunque la película explora temas de ambición, fracaso y la búsqueda de la identidad profesional, podría haber profundizado en la reflexión sobre la naturaleza de la tenencia y el sistema académico, dejando la exploración más superficial de lo que se podría haber esperado de un tema tan complejo.

En definitiva, "Tenure" es una comedia inteligente y provocadora que ofrece una visión poco convencional de la vida académica. Si bien no es una comedia de risas aseguradas, es una película que invita a la reflexión y que, sobre todo, es una ventana fascinante a la psicología de un hombre en crisis existencial. Es una película que permanece en la mente mucho después de que los créditos finales han terminado de rodar.

Nota: 7/10