Teresa y Tim (2017)

“Teresa y Tim” es un cuento de hadas modernizado que, si bien no llega a revolucionar el género, ofrece un entretenimiento familiar agradable y, sorprendentemente, con algunas pinceladas que invitan a la reflexión. La película se centra en la improbable amistad entre Teresa, una niña exuberante con una imaginación desbordante, y Tim, un duende de buen corazón y espíritu aventurero, quienes descubren que comparten una extraña sensación de desajuste en sus respectivos mundos. Esta identificación mutua se convierte en el núcleo de la trama, impulsándolos a desafiar las barreras mágicas y a protegerse mutuamente de las amenazas que se ciernen sobre ellos.

La dirección de Daniel Torres es fluida y, en su mayoría, efectiva. Logra mantener un ritmo ágil que evita la monotonía y capta la energía juvenil de los protagonistas. La película recurre a un colorido visualmente atractivo, sin caer en la artificiosidad, que recuerda a las películas de animación de los años 90, pero con una estética más contemporánea. Sin embargo, la dirección, en algunos momentos, carece de profundidad y recurre a clichés del género, como las persecuciones acrobáticas o los diálogos excesivamente simplificados. No obstante, la puesta en escena, en general, es competente y sirve para crear un ambiente onírico y divertido.

Las actuaciones son sólidas, especialmente la de Lucía Jiménez como Teresa. Su energía y su carisma son contagiosos, y su interpretación transmite la inocencia, la curiosidad y la valentía de una niña que se niega a aceptar las limitaciones impuestas por su mundo. Mateo Ramírez, como Tim, también cumple su cometido, aportando un toque de humor y un espíritu aventurero que complementan a Teresa. Los antagonistas, un viejo feriante interpretado con un toque de humor negro por parte de Javier Gutiérrez, no son especialmente memorables, pero cumplen su función de catalizador del conflicto. Su villanía es más un reflejo de la codicia y la amargura que de una verdadera amenaza psicológica.

El guion, escrito por Ana García, es donde reside la principal debilidad de la película. Si bien la premisa es interesante y el concepto de amistad entre dos seres que no encajan en sus respectivos mundos es original, la ejecución carece de complejidad. El desarrollo de la trama es lineal y predecible, con giros argumentales poco sorprendentes. La construcción de los personajes, aunque positiva en cuanto a la personalidad de Teresa y Tim, es superficial y carece de matices. Los diálogos, en ocasiones, son un tanto torpes y buscan constantemente la comedia fácil. A pesar de estas carencias, la película logra transmitir un mensaje positivo sobre la amistad, la aceptación y la importancia de creer en uno mismo.

Nota: 6/10