Terror 5 (2016)

“Terror 5” es una película que se aferra a un concepto perturbador: la fragilidad de la realidad frente a la proliferación de miedos y supersticiones. El film, que intenta trascender la mera explotación del terror y se ancla en un relato de intriga política y descenso a la locura, resulta en una experiencia cinematográfica a caballo entre lo inquietante y lo decepcionante.

La película construye una trama central alrededor de la muerte de quince personas en un desastre urbanístico, utilizando como detonante la investigación sobre el entonces alcalde de Buenos Aires. Sin embargo, lejos de ser una crítica social o un thriller político con sustancia, “Terror 5” opta por un enfoque narrativo que se dispersa en múltiples historias interconectadas, cada una de ellas inspirada en leyendas urbanas argentinas. Esta estrategia, aunque inicialmente prometedora, termina siendo un defecto importante. A medida que se introducen las diferentes tramas, la coherencia se pierde y la tensión, que podría haber sido sostenida, se diluye en un torbellino de acontecimientos y personajes secundarios poco desarrollados.

La dirección de Juan José Gurrieri, aunque competente, no logra consolidar la propuesta. Se nota una intención de experimentar con el estilo, pero a menudo se ve sobrepasada por la falta de un rumbo claro. Las secuencias de suspense son efectivas en su momento, utilizando la oscuridad y la ambientación para crear una atmósfera opresiva, pero carecen de profundidad y se basan en trucos visuales que, a la larga, se vuelven repetitivos. El uso de la cámara, en general, es más receloso que innovador, y las transiciones entre las diferentes líneas argumentales se sienten abruptas y desorientadoras.

Las actuaciones son variadas. Ricardo Darín, como el político en medio del fuego cruzado, ofrece una interpretación sólida y convincente, transmitiendo la desesperación y el miedo de su personaje. Sin embargo, el reparto de apoyo, en su mayoría, no alcanza el mismo nivel, con interpretaciones que, en ocasiones, resultan planas y carentes de matices. Valeria Bertuccelli, en particular, se ve limitada por un papel poco desarrollado, que, aunque ofrece algunos momentos de tensión, no logra dejar una huella significativa.

El guion es, quizás, el aspecto más débil de la película. A pesar de su ambición, la historia se siente confusa y desorganizada, con diálogos a veces artificiosos y personajes cuyas motivaciones no siempre están claras. Se intenta explorar temas como la responsabilidad, la culpa y la pérdida, pero estos se presentan de forma superficial, sin profundizar en sus implicaciones. El ritmo, igualmente, es irregular, alternando momentos de tensión con escenas de relleno que alargan innecesariamente la duración de la película. En definitiva, "Terror 5" es un intento interesante de combinar el género terror con la crítica social, pero, en última instancia, no logra alcanzar su potencial.

Nota: 6/10