Terror en la Laguna (2019)

“Terror en la Laguna” es una película que, a pesar de sus evidentes influencias y un ritmo pausado, logra generar una atmósfera inquietante que persiste incluso después de salir del cine. La cinta, dirigida por Justin Donaghy, se sitúa dentro del subgénero del terror psicológico, una categoría donde el miedo a menudo se construye más a través de la tensión y la sugerencia que a través de sustos directos. Y en ese sentido, la película tiene un éxito considerable.

El punto de partida, la protagonista Malorie, interpretada con una naturalidad palpable por Pogue Bailey, es un enigma desde el inicio. Su huida de un hospital psiquiátrico sin entender por qué se encontraba allí plantea una pregunta central que moldea todo el desarrollo de la trama. La película se centra en su viaje a Fortuna Lake, un lugar aparentemente idílico que, en realidad, esconde un pasado oscuro y perturbador. Bailey logra transmitir la vulnerabilidad y la confusión de Malorie, permitiendo al espectador conectar con su desesperación y su necesidad de respuestas.

La dirección de Justin Donaghy es inteligente y consigue crear un ambiente opresivo desde los primeros minutos. El uso de la fotografía, con tonos fríos y desaturados, y la selección de la localización, un lago remoto y rodeado de bosques, contribuyen a esta sensación de aislamiento y amenaza inminente. Donaghy se permite un tiempo para desarrollar la historia, priorizando la construcción del suspense y el desarrollo de personajes sobre el rápido avance de la trama. Esto puede ser tanto un punto fuerte, para aquellos que disfrutan de las películas que requieren paciencia y atención, como un posible inconveniente para quienes buscan acción inmediata. La banda sonora, igualmente, juega un papel crucial, con piezas musicales inquietantes que refuerzan la sensación de malestar.

La película no se basa en jump scares baratos o efectos especiales ostentosos. El verdadero terror reside en la ambigüedad de los recuerdos de Malorie y en la naturaleza inquietante de los habitantes de Fortuna Lake. Las interpretaciones de los actores secundarios, especialmente de la actriz que interpreta a la anciana, son sólidas y contribuyen a la sensación de que algo terrible ha sucedido en el pasado. Sin embargo, el guion, aunque intrincado en su concepto, puede resultar algo lento en algunos momentos, y la resolución de algunos misterios se siente un poco apresurada. A pesar de esto, la película presenta ideas originales y plantea preguntas sobre la naturaleza de la memoria, la identidad y la responsabilidad. El final, en particular, deja espacio para la interpretación, lo que añade una capa adicional de profundidad a la experiencia.

En definitiva, “Terror en la Laguna” es una película inquietante, atmosférica y con potencial para generar debates posteriores a su visionado. Si buscas una experiencia de terror más contemplativa y centrada en la construcción de la tensión, esta película podría ser una buena opción. No es un sobresalto visual, sino una lenta e insistente erosión de la cordura.

Nota: 7/10