“Tesis” (1996) de Alejandro Amenábar es mucho más que una simple película de terror; es una exploración inquietante y perturbadora de la voyeurismo, la ética y los límites del espectador. La película, a pesar de sus elementos gore, se erige como una obra maestra del suspense psicológico, una pieza esencial del cine español contemporáneo que aún hoy, a décadas de su estreno, genera debate y reflexión.
Amenábar, con una maestría asombrosa, te sumerge desde la primera escena en un ambiente de creciente tensión y paranoia. La dirección es impecable, utilizando la cámara de manera sutil pero efectiva para manipular la percepción del espectador. El uso de planos cortos y la iluminación sombría contribuyen a crear una atmósfera opresiva y claustrofóbica, que refleja la desorientación y el miedo que experimenta Ángela. La película no se limita a mostrar la violencia, sino que la presenta como un acto de observación, como si el espectador fuera parte del proceso. Esta idea central es magistralmente ejecutada a través de la cinematografía.
Las actuaciones son excepcionales. Vera Farmiga, en el papel de Ángela, ofrece una interpretación inolvidable, transmitiendo la evolución psicológica de la protagonista con una naturalidad y vulnerabilidad que te atrapan. Su gradual descenso a la locura es convincente y devastador. También merece una mención especial Luis Rubén Braga como Figueroa, el director de tesis, quien aporta una seriedad y un dejo de inquietud que intensifican el impacto de los sucesos. La química entre Farmiga y Braga es fundamental para el desarrollo de la trama.
El guion es, sin duda, el corazón de “Tesis”. La historia, aunque basada en un incidente real, se construye con una precisión asombrosa. Amenábar no se anda con rodeos, planteando preguntas incómodas sobre el voyerismo, la ética del espectador y la manipulación mediática. La narrativa, densa y llena de giros inesperados, mantiene al espectador en vilo hasta el final. La idea central de la snuff movie, la presentación de la violencia como espectáculo, es presentada con una crudeza y una inteligencia que la convierte en una crítica social y psicológica muy potente. El ritmo pausado, la construcción meticulosa de la atmósfera y la gradual revelación de la verdad son elementos que hacen que la película sea una experiencia cinematográfica única.
Sin embargo, la película, con su enfoque en la despersonalización del espectador, puede resultar desconcertante para algunos espectadores. La ambigüedad moral y la falta de respuestas fáciles pueden generar frustración. No obstante, esta ambigüedad es precisamente lo que hace que “Tesis” sea una obra tan relevante y provocadora. Es una película que exige reflexión y que, con el tiempo, se vuelve aún más impactante.
Nota: 8.5/10