Tesla (2020)

“Tesla”, la reciente película dirigida por Michael Ealy, no es solo un biopic sobre el genio olvidado Nikola Tesla; es una reflexión mordaz sobre la industria, la ambición desmedida y el precio del fracaso. La película se centra, con inteligente intensidad, en los turbulentos años posteriores a la muerte de Edison, cuando Tesla, ya anciano y desamparado, lucha desesperadamente por llevar a cabo su visión revolucionaria de la energía inalámbrica al mundo. La trama, aunque no siempre original, se sirve de un melodrama contundente para amplificar el drama personal de Tesla, forzando una conexión emocional con un personaje que, por su propia naturaleza, se presentaba como distante y enigmático.

Jared Leto, con una transformación física y emocional notable, ofrece una interpretación carismática y convincente de Tesla. Su actuación transciende la mera imitación de rasgos físicos, llegando a captar la complejidad del personaje: su brillantez, su orgullo, su frustración y su profunda soledad. Leto se sumerge en la mirada de Tesla, transmitiendo una sensación palpable de anhelo y desesperación. No es una imitación, sino una reinterpretación que revela una vulnerabilidad inesperada en el icono de la ciencia. La química entre Leto y Shaun Evans, quien interpreta al joven Thomas Edison, es especialmente brillante, creando un diálogo tenso y lleno de recíproca ambición. La rivalidad entre estos dos hombres, el pionero de la electricidad y el innovador que nunca fue reconocido, es el motor principal de la narrativa y se siente muy bien actuada.

En cuanto al guion, la película se distingue por su atención al detalle y su meticulosa reconstrucción de la época. Los vestuarios, la fotografía y la ambientación son impecables, sumergiéndonos en un entorno de Nueva York a principios del siglo XX lleno de contrastes. Sin embargo, el guion se permite, a veces, un excesivo énfasis en el melodrama, sacrificando el rigor científico que caracterizó la vida de Tesla. Aunque se intenta explicar las ideas de Tesla de forma comprensible, a veces la película se vuelve demasiado didáctica, desviándose del ritmo y la tensión que podría haberla enriquecido. La exploración de la manipulación mediática y la hostilidad de la industria eléctrica hacia Tesla es un tema relevante, pero podría haberse profundizado más, ofreciendo un análisis más crítico de las dinámicas de poder de la época.

A pesar de estas pequeñas imperfecciones, “Tesla” es una película admirable que recupera una figura histórica fascinante. Es una película que plantea preguntas importantes sobre la innovación, el reconocimiento, la ambición y el impacto de la tecnología en la sociedad. No es una obra maestra, pero sí un esfuerzo digno de mención que merece la pena ver, especialmente para aquellos interesados en la ciencia, la historia y la lucha por la grandeza individual.

Nota: 7/10