The Adventurers (2017)

“The Adventurers” no es una película que busque revolucionar el género de la comedia de acción, ni mucho menos. Se sitúa dentro de un marco familiar, un guiño nostálgico a las películas de espías de los años 60 y 70, con un aire innegable de “Los hombres que no amaban a las mujeres” y “La policía asesina”. Sin embargo, la película tiene un encanto particular, una ligereza que, en estos tiempos de superproducciones titánicas, resulta refrescante y, de alguna manera, incluso sorprendentemente entretenida.

La dirección de David Leitch, que ya demostró su talento con “John Wick”, es sólida y, en lo que respecta a la acción, absolutamente impecable. Las secuencias de persecución están coreografiadas con una precisión asombrosa, combinando la exageración típica del género con momentos de genuino suspense. Leitch demuestra un dominio absoluto del ritmo y la puesta en escena, logrando que cada toma sea visualmente atractiva y, sobre todo, que la adrenalina fluya sin pausa. El uso del color y la iluminación, aunque no particularmente innovador, contribuye a crear una atmósfera vibrante y festiva, que se ajusta perfectamente a la esencia de la película.

El reparto es un verdadero acierto. Michael Peña, como el torpe y adorable ladrón de córones Jack Palmer, ofrece una actuación llena de matices que evita caer en la caricatura. Kate Beckinsale, con su habitual elegancia y carisma, interpreta a Veronica, la experta en explosivos, con una naturalidad que compensa las veces que se excede en el humor. Y, en el papel del implacable detective francés, Henry Goodman brilla con una intensidad que contrasta a la perfección con el tono general de la película. La química entre los actores es palpable y se traduce en momentos cómicos genuinos.

El guion, aunque previsible en su trama, no carece de ingenio. Se centra en los personajes, en sus motivaciones y en sus relaciones, permitiendo que el espectador se involucre emocionalmente. Los diálogos son directos y divertidos, y el humor funciona bien, aunque a veces cae en el cliché. Se busca la diversión sin pretensiones, y eso se aprecia. Sin embargo, la construcción del detective, a pesar de la interpretación de Goodman, resulta algo plana, convirtiéndose en un antagonista más mecánico de lo que podría ser. El desarrollo de algunos personajes secundarios, como el porrista del que enamora Jack, tampoco alcanza su potencial máximo.

En definitiva, “The Adventurers” es una comedia de acción para disfrutar sin demasiadas expectativas. No es una obra maestra cinematográfica, pero sí una película entretenida, llena de acción, humor y un aire retro que evoca tiempos mejores. Es el tipo de película que te deja con una sonrisa en la cara y la sensación de haber pasado una hora y media bien empleada. Una escapada ligera y divertida, perfecta para una noche de cine en familia.

Nota: 6.5/10