The Amazing Spider-Man (2012)

“The Amazing Spider-Man” (2012) no es, ni mucho menos, la joya de la corona del cine de superhéroes, pero tampoco es una debacle. Marc Webb logró, a pesar de las expectativas gigantescas, ofrecer una película de origen que, aunque con algunos tropiezos, logra conectar emocionalmente con el público gracias a una sólida base en la historia de origen del personaje y a unas actuaciones convincentes. La película se centra en Peter Parker, un adolescente vulnerable y socialmente torpe, quien, tras un trauma familiar inicial, se ve inmerso en el descubrimiento de sus extraordinarios poderes y su responsabilidad como héroe. La premisa de un niño abandonado por sus padres es un cliché narrativo, pero Webb la emplea de manera efectiva para construir la empatía del espectador hacia Peter.

La dirección de Webb es visualmente atractiva. El uso de Nueva York como telón de fondo es sublime, con escenas urbanas que respiran autenticidad y un ritmo que, aunque a veces se siente un poco lento, permite desarrollar la relación entre Peter y Gwen Stacy (Emma Stone). Stone, en particular, ofrece una interpretación matizada y realista de una joven inteligente y decidida, cuya relación con Peter es más compleja y menos idealizada que en algunas versiones anteriores. Rhys Ifans, como el Dr. Curt Connors, es interpretado con un control convincente, oscilando entre la ambición científica y la desesperación por recuperar su humanidad. Martin Sheen, como el tío Ben, proporciona un contrapunto moral importante a la arrogancia inicial de Peter. Sin embargo, el personaje de Ben, en la película, queda un poco subestimado, lo que resta peso a la importancia de sus lecciones.

El guion, aunque con sus fallos, se beneficia de un enfoque más centrado en las emociones y el desarrollo del personaje. Se evita la saturación de información sobre el pasado de Peter, optando por un enfoque más lineal que permite al espectador seguir la evolución de los acontecimientos. El conflicto central, la búsqueda de la verdad sobre la desaparición de los padres, es sólido y mantiene el interés. No obstante, la película carece de la originalidad y la chispa que caracterizan a las mejores películas de superhéroes. El maletín, el artefacto clave que desencadena los eventos, resulta algo artificioso y la resolución del conflicto final se siente, en cierto modo, predecible.

A pesar de sus defectos, “The Amazing Spider-Man” es una película entretenida y, sobre todo, emocionalmente resonante. La actuación de Andrew Garfield es el corazón de la película, capturando la vulnerabilidad, la determinación y la lucha interna del personaje. Su interpretación es convincente y, en última instancia, permite al espectador conectar con Peter Parker a un nivel profundo. La película no redefine el concepto de superhéroe, pero sí logra ofrecer una nueva perspectiva sobre el origen de un icono del mundo del cómic, haciendo hincapié en la responsabilidad personal y el sacrificio. La película se beneficia de una banda sonora evocadora y de una coreografía de acción que, aunque no deslumbrante, es adecuada para el tono de la historia.

Nota: 7/10