The Answer Man (2009)

“The Answer Man” no es una película que busca ofrecer soluciones definitivas a las crisis existenciales. Más bien, es una pequeña joya inesperada que explora la complejidad de la conexión humana y las fallas inherentes al intento de dar consejos. Dirigida por el aclamado Daniel Calvino, la película se construye con una premisa aparentemente sencilla pero que se revela, paulatinamente, como un retrato sutil de la vulnerabilidad y la búsqueda de significado.

El protagonista, Arlen Faber, interpretado magistralmente por un Jason Schwartzman que aporta una vulnerabilidad inusitada a su personaje, es un hombre profundamente inseguro bajo una fachada de sabiduría popular. Su libro “Dios y yo” ha sido un fenómeno editorial, pero la película no se centra tanto en la fama o en la crítica que ha recibido, sino en la paradoja de un hombre que, a pesar de tener miles de seguidores, no sabe realmente qué decir o cómo ayudar. El guion, adaptado de la obra teatral de Calvino, explora la angustia de Arlen al enfrentarse a las solicitudes de Elizabeth y Kris, dos personas que anhelan respuestas simples a problemas profundos. No se ofrecen soluciones fáciles; la película, en cambio, se centra en la incomodidad de la situación, en las incómodas conversaciones y en las miradas que revelan la frustración mutua.

Schwartzman se aparta de sus papeles más cómicos y se sumerge en un personaje que se debate entre la autoayuda superficial y el deseo genuino de conectar con los demás. Su actuación está cargada de matices, transmitiendo la desesperación y la confusión de un hombre que se siente más cómodo hablando sobre Dios que sobre las preocupaciones cotidianas. Las interacciones con Elizabeth, interpretada con una fuerza innegable por Rooney Mara, y Kris, brillantemente interpretado por un joven Noah Jupe, son el núcleo emocional de la película. Estas relaciones no son unidireccionales; ambas mujeres desafían a Arlen, haciéndole cuestionar su propio papel como "gurú" y obligándolo a confrontar sus propias dudas.

La dirección de Calvino es discreta pero efectiva. No se apoya en clichés ni en melodramas, sino que utiliza la cámara para capturar la intimidad de los diálogos y la tensión emocional entre los personajes. La banda sonora, minimalista y evocadora, contribuye a crear una atmósfera de melancolía y reflexión. La película no ofrece respuestas fáciles; en lugar de eso, nos invita a contemplar la complejidad de la vida, la fragilidad de la comunicación y la importancia de la empatía. “The Answer Man” es, en definitiva, una película sobre el proceso de escuchar, de intentar entender a los demás y de aceptar que a veces, la mejor respuesta es simplemente estar presente.

Nota: 7/10