The Ardennes (2015)

“The Ardennes” no es un thriller de acción explosivo, ni siquiera una película de crimen con giros trepidantes. Es, en su lugar, una disección introspectiva y, a la vez, inquietante, de la culpa, el arrepentimiento y la dificultad de escapar del pasado. La película, dirigida por Charlotte Wells, se presenta como un pequeño pero poderoso retrato de la desilusión y la búsqueda de un futuro que, una vez perdido, parece inalcanzable. Wells consigue un ambiente denso y opresivo, que no se basa en el suspense tradicional, sino en la atmósfera misma de la región belga donde transcurre la historia.

El guion, cuidadosamente construido, se centra en la relación entre Dave (Robert Pattinson) y Sylvie (Sofia Boutella), dos hombres que, tras un error cometido en el pasado, se encuentran atrapados en una dinámica de incomodidad y desconfianza. La película explora las consecuencias de sus acciones no a través de flashbacks convencionales, sino mediante una serie de conversaciones tensas y miradas significativas que revelan sutilmente la carga emocional que ambos llevan. El desarrollo del personaje de Dave es particularmente notable. Pattinson ofrece una interpretación magistral, mostrando con sutileza la lucha interna del personaje entre su deseo de redención y la persistencia de sus demonios. Su actuación es creíble, evitando la teatralidad y profundizando en la ambivalencia que define su personaje.

La química entre Pattinson y Boutella es palpable. Su relación, que inicialmente se presenta como una complicación, evoluciona a lo largo de la película hasta convertirse en un lazo de dependencia emocional. Boutella aporta una vulnerabilidad y una fuerza interior que complementan perfectamente la actuación de Pattinson. No es una historia de amor romántica, sino una exploración de la conexión humana en circunstancias extremas, de la forma en que dependemos unos de otros para navegar por la oscuridad. La película no ofrece respuestas fáciles; en cambio, plantea preguntas sobre la responsabilidad personal y la posibilidad de encontrar la paz después de un error. La dirección de Wells es precisa y minimalista, enfocándose en los detalles íntimos de la experiencia de los personajes. La fotografía de Billy Lynch es hermosa y melancólica, capturando la belleza agreste de los Ardennes y utilizando la luz y la sombra para reflejar el estado emocional de los protagonistas.

“The Ardennes” no es para todos los públicos. Su ritmo pausado y su enfoque en los personajes pueden resultar lentos para aquellos que buscan un entretenimiento rápido y espectacular. Sin embargo, para aquellos que aprecien una película que invita a la reflexión y que explora la complejidad de las emociones humanas, es una obra cinematográfica verdaderamente memorable. Es una película que permanece en la mente después de que los créditos finales han finalizado, te obligando a contemplar las implicaciones de las decisiones que tomamos y las consecuencias que se derivan de ellas. La película es un recordatorio de que a veces, el verdadero miedo no está en el exterior, sino en los rincones más oscuros de nuestra propia mente.

Nota: 8/10