The Assistant (2020)

“The Assistant” no es un thriller explosivo que te mantendrá al borde del asiento con persecuciones y giros inesperados. En cambio, es una película profundamente inquietante y, para muchos, perturbadora, que se adentra en la lentísima y sofocante atmósfera de un estudio de producción de Hollywood, utilizando la lente del erguismo y el abuso de poder para revelar una verdad mucho más oscura que la que aparenta la superficie. Jesse Armstrong, conocido por su brillante trabajo en "Succession", demuestra una maestría excepcional al construir una narrativa no lineal y claustrofóbica, utilizando la trama como un vehículo para explorar la dinámica de poder, la manipulación y la pérdida gradual de la identidad.

La película se centra en la experiencia de una asistente de dirección, Samantha Morton, que evoluciona de una joven idealista a una mujer consumida por la paranoia y la desilusión. La actuación de Morton es, sencillamente, magistral. Evita cualquier drama exagerado, optando por un enfoque sutil pero implacable. Su Samantha es un espejo de la frustración, la duda y la creciente desesperación de cualquiera que se siente gradualmente ignorado y desestimado. El resto del reparto, incluyendo a Matthew Proce, Robert Pattinson y Ann Skelly, ofrece interpretaciones igualmente convincentes, cada uno contribuyendo a la creación de una atmósfera de opresión palpable.

El guion, escrito por Armstrong y Ed Glaser, es el corazón de la película. Se centra en los pequeños actos de abuso y desprecio: comentarios sutilmente hirientes, la minimización constante de su trabajo, la negación de su voz. Estas acciones, en su acumulación, erosionan la autoestima de Samantha, llevándola a cuestionar su propia percepción de la realidad. La película se abstiene de ofrecer explicaciones fáciles o juicios moralistas. En cambio, presenta un retrato realista y, a menudo, vergonzoso de la industria cinematográfica, donde la ambición, la sed de poder y la falta de empatía pueden conducir a la destrucción de la vida de un individuo.

Armstrong no busca ofrecer una crítica simplista. Más bien, se adentra en la complejidad de las relaciones humanas y la dificultad de denunciar el abuso cuando uno está atrapado en un ciclo de degradación. La película se beneficia enormemente de su estructura no lineal, que juega con el tiempo y la memoria, generando una sensación de incertidumbre y desorientación que refleja la propia experiencia de Samantha. Es una obra que permanece con el espectador mucho después de que termina, planteando preguntas difíciles sobre la responsabilidad, la complicidad y la fragilidad de la psique humana. El uso del sonido, a veces casi imperceptible, intensifica la tensión, subrayando la sensación de estar atrapado en una habitación sin salida.

Nota: 8/10