The Babysitters (2008)

“The Babysitters” es una película que, a pesar de su premisa intrigante, no logra alcanzar todo su potencial. La película, dirigida con una estética visualmente interesante pero a veces recargada por Luc Besson, plantea una situación moralmente ambigua y su exploración de la identidad, la ambición y la vulnerabilidad humana, la lleva a un terreno bastante complejo, aunque no siempre plenamente satisfactorio.

Katherine Waterston ofrece una actuación notable como Shirley Lyner. Captura con maestría la fragilidad emocional y la creciente determinación de la protagonista. La vemos transformarse gradualmente, pasando de una joven estudiante insegura a una mujer que toma decisiones cada vez más audaces y, quizás, más cuestionables. Waterston es la columna vertebral de la película, y su interpretación es la que mejor mantiene el interés del espectador. La química entre Waterston y el resto del elenco, especialmente el veterano Peter Bradshaw, es convincente y añade una capa de realismo a las dinámicas que se desarrollan.

El guion, co-escrito por Besson y Fellipe Fontenele, se centra en la evolución de Shirley, pero a menudo se siente desprovisto de la profundidad que su premisa merecía. Si bien la exploración de las relaciones transaccionales y las expectativas sociales en torno a la mujer soltera es interesante, la película a veces se queda en la superficie, evitando realmente ahondar en las motivaciones y las consecuencias emocionales de las acciones de la protagonista. Hay momentos brillantes de diálogo, pero también pasajes que se sienten forzados y poco creíbles, perdiendo la credibilidad de la historia.

La dirección de Besson es visualmente atractiva, empleando una paleta de colores vibrantes y una fotografía cuidada que refleja el estado emocional de la protagonista. La banda sonora, con piezas electrónicas inquietantes, refuerza la atmósfera de suspenso y la sensación de incomodidad. Sin embargo, en ocasiones, el estilo de dirección se vuelve un poco excesivo, sobrecargando la imagen con efectos visuales que no siempre aportan valor a la narrativa. Se percibe un deseo de crear una experiencia estilizada, que a veces compromete la eficacia comunicativa del relato.

En última instancia, “The Babysitters” es una película que plantea preguntas importantes sobre la moralidad, la identidad y el deseo. No obstante, la ambición del director parece haber superado, en ocasiones, la necesidad de un guion más sutil y una mayor exploración de las complejidades de sus personajes. Es una película que invita a la reflexión, pero que también podría haber sido mucho más impactante y memorable.

Nota: 6/10