The Call (2020)

“The Call” no es una película que te dejará con un escalofrío en la espalda después de verla. Su atmósfera, cuidadosamente construida, te instala en un ambiente de inquietud progresiva, una sensación de que algo terrible está a punto de suceder. La dirección de Scott Biazzo es magistral en su uso del silencio y la tensión. No se recurre a sustos baratos, sino que se jacta de un suspense psicológico lento pero implacable, que te atrapa desde la primera escena y te hace sentir incómodo, incluso si no entiendes completamente por qué. La paleta de colores, predominantemente ocres y grises, acentúa esa sensación de melancolía y decadencia que impregna la película.

El guion, aunque simple en su premisa – un grupo de amigos que invocan al más allá mediante un teléfono en un ataúd – se sirve de una economía narrativa que funciona a favor de la atmósfera. La idea de un teléfono antiguo, un artefacto de otro tiempo, como nexo con el más allá, es fascinante y se explora con una inteligencia sombría. El guion evita los clichés del género, centrándose en las consecuencias personales y emocionales de la invocación. La película no intenta explicar la magia; simplemente presenta la realidad que se abre al otro lado y nos obliga a contemplar el horror que se revela. Las conversaciones que se producen a través del teléfono son tensas, cargadas de miedo y desesperación, y la actuación de los actores es impecable, especialmente la de la joven actriz que interpreta a la joven llamada por teléfono. Su interpretación transmite un miedo visceral, uno que te transmite al espectador.

Las actuaciones son el pilar fundamental de la película. El elenco es joven y talentoso, y cada uno de ellos aporta una capa de complejidad a sus personajes. La dinámica entre los amigos es creíble, y la forma en que se enfrentan al miedo y a la incertidumbre es convincente. La película explora temas de amistad, remordimiento y las consecuencias de las acciones pasadas. Los personajes no son perfectos, y sus errores y sus secretos contribuyen a la atmósfera de culpa y responsabilidad que se cierne sobre la historia. El uso del teléfono como metáfora de la conexión y la desconexión es particularmente efectivo, reflejando la fragilidad de las relaciones humanas y la dificultad de escapar de nuestros propios demonios internos. Si bien la trama no es original, la forma en que se presenta y la atmósfera que crea son lo que realmente la elevan por encima de la simple película de terror.

Es cierto que la película tiene sus limitaciones. La resolución, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada. La falta de explicaciones sobre el origen de la maldición y el propósito del teléfono podrían ser frustrantes para algunos espectadores. Sin embargo, estos pequeños detalles no restan valor a la experiencia general. “The Call” es una película de terror psicológico que se queda en la mente mucho después de que los créditos finales hayan comenzado a rodar. Se trata de una película inquietante, que se centra en el horror interior más que en los sustos externos.

Nota: 7/10