The Chaperone (2019)

“The Chaperone” es una película que evoca la nostalgia por una era dorada del cine, pero que, en última instancia, no logra transmitir la magia y el anhelo que sugiere su premisa. Ambientada en el vibrante y caótico Nueva York de principios del siglo XX, la película narra la inesperada aventura de una mujer del corazón de Kansas que se convierte en chaperona de un joven bailarín en busca de la fama. Si bien la película ofrece un vistazo interesante al mundo de la danza y el glamour de la época, su ejecución carece de la profundidad y el pulido que permitirían que la historia realmente resonara.

La dirección de Jake Kasdan (conocido principalmente por comedias juveniles y románticas) es competente, pero a menudo se limita a registrar la atmósfera, en lugar de crear una experiencia emocional intensa. La cinematografía, con sus colores cálidos y la banda sonora jazzística, contribuye a recrear la época de forma visualmente agradable, pero se queda en un nivel superficial. Kasdan parece preocupado por la estética más que por el desarrollo de los personajes. No hay una verdadera exploración de los miedos y las aspiraciones de la protagonista, ni una comprensión profunda de la presión y el deseo de grandeza que la impulsan. La película se limita a mostrar escenas de baile, fiestas y encuentros fortuitos, sin profundizar en los conflictos internos de sus personajes.

El elenco ofrece actuaciones sólidas, especialmente por parte de Michelle Pfeiffer. Su interpretación como la chaperona, Mildred Hayes, es cautivadora. Pfeiffer logra transmitir la inteligencia, la melancolía y el sentido del humor de un personaje que lucha por encontrar su lugar en el mundo. Ethan Peck, como el joven bailarín Julian, ofrece un desempeño dulce y esperanzador, aunque su arco narrativo se siente un poco plano. El resto del reparto es competente, pero ninguno logra destacar realmente. La película se centra excesivamente en las interacciones románticas entre Mildred y Julian, relegando a otros personajes a un papel secundario.

El guion, escrito por Lisa Noriega, es el punto débil de la película. La trama es predecible y carente de giros inesperados. Se basa en clichés del género melodrama y presenta diálogos artificiosos y poco creíbles. La historia se siente demasiado simplificada y se centra demasiado en la comedia superficial, descuidando la oportunidad de explorar temas más profundos como la pérdida de la inocencia, el choque entre la vida rural y la urbana, y la búsqueda de la identidad. El ritmo es irregular, alternando entre momentos de diálogo ligero y escenas de baile espectaculares, pero sin construir una conexión emocional duradera con el espectador. La película se sobreestima a sí misma, buscando un aura de sofisticación que no está justificada por su contenido.

En definitiva, “The Chaperone” es una película agradable de ver, visualmente atractiva y con una actuación destacada de Michelle Pfeiffer. Sin embargo, su guion mediocre y su dirección poco ambiciosa impiden que alcance su potencial y la convierten en una experiencia cinematográfica olvidable.

Nota: 6/10