The Convert (2024)

“The Convert” no es la épica saga de conquista y fe que uno podría esperar al escuchar el argumento: un predicador anglosajón, John, llega a un remoto asentamiento de la Isla Norte en la década de 1830, en medio de una brutal guerra entre tribus maoríes. Sin embargo, la película, dirigida por Roj Taylor, trasciende la mera recreación histórica para ofrecer un estudio psicológico profundo y, sorprendentemente, inquietante. La película, en su esencia, es menos sobre la confrontación de culturas y más sobre la fragilidad de la fe y la oscura presencia del pasado en el presente.

La dirección de Taylor es notable por su atmósfera opresiva y su uso magistral de la fotografía. Las escenas en la isla son asfixiantes, con una paleta de colores dominada por grises y ocres que reflejan la dureza del entorno y la creciente desesperación de los personajes. El uso de planos largos y la ralentización del ritmo narrativo contribuyen a generar una sensación de inquietud constante, un presagio de la violencia inminente. Se aprecia especialmente la habilidad de Taylor para crear tensión sin recurrir a clichés, mostrando la brutalidad de la guerra maorí de forma cruda pero controlada, evitando la sensacionalidad y enfocándose en sus consecuencias humanas.

La actuación de Jack O’Connell, en el papel de John, es absolutamente sobresaliente. O’Connell ofrece una interpretación matizada y silenciosa, construyendo un personaje complejo y conflictivo. John no es un héroe ni un villano; es un hombre atormentado por sus actos del pasado, buscando redención en un lugar inesperado. Su transformación, tanto física como emocional, es sutil pero impactante. El peso de la culpa y el miedo son palpables en cada gesto y mirada. La química entre O’Connell y la actriz local, Aroha Ramsay, que interpreta a la joven maorí Miri, es fundamental para el desarrollo de la narrativa. Su relación, basada en la cautela y la creciente comprensión mutua, añade una dimensión emocional crucial a la historia.

Si bien la película destaca en aspectos técnicos y actoriales, el guion presenta algunas inconsistencias. Aunque la exploración psicológica de los personajes es excelente, la trama principal se arrastra en algunos momentos y la resolución final resulta algo apresurada y poco satisfactoria. Se podría haber profundizado en las motivaciones de los maoríes, ofreciendo una visión más completa de su cultura y su perspectiva en el conflicto. No obstante, la película logra, con éxito, transmitir un mensaje sobre la naturaleza destructiva del odio, la importancia del perdón y la dificultad de escapar del pasado, incluso cuando uno intenta construir un futuro. “The Convert” no es un blockbuster, sino una película que invita a la reflexión y que permanece en la mente del espectador mucho después de que los créditos finales han corrido. Es una propuesta original y valiente, que se sitúa a caballo entre el thriller psicológico y la historia de supervivencia.

Nota: 7/10