The Darkness (2016)

“The Darkness” no es una película que te deje con la sensación de haber visto algo verdaderamente innovador o brillante. Sin embargo, es un ejercicio inquietante y perturbador que, a pesar de sus fallas, logra mantenerte incómodo y a merced de su atmósfera opresiva. La película, dirigida por Niky Sandham y James Hawes, se apoya en una premisa intrigante: una familia que regresa de unas vacaciones en el Gran Cañón y descubre que su viaje ha traído consigo una entidad maligna que se alimenta de sus miedos más profundos. La idea es sólida, pero la ejecución, a menudo, se siente algo torpe.

La dirección de Sandham y Hawes logra crear una sensación constante de tensión y desasosiego. La fotografía, en tonos sepia y con una paleta de colores apagados, contribuye enormemente a este efecto, evocando la dureza del paisaje del Gran Cañón y la creciente desesperación de la familia. Se emplean planos largos, tomas en cámara lenta y movimientos de cámara inquietantes, pero sin llegar a excesos gratuitos. Sin embargo, la película se debate entre querer ser una película de terror psicológico lento y una película de terror más convencional, y no siempre logra encontrar el equilibrio adecuado. Hay momentos en los que la lentitud se convierte en tedio, mientras que en otros, la tensión se libera con golpes de acción que, aunque efectivos, parecen fuera de lugar en el contexto general.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Barry Keoghan, en el papel del padre, Aaron, transmite con convicción la gradual pérdida de control y la desesperación de su personaje. Su evolución es el corazón de la película y Keoghan lo hace convincente, mostrando el lento deterioro de su cordura. Aoibhinn Waller como la madre, Claire, ofrece una interpretación igualmente creíble, capturando el miedo y la confusión que siente ante lo inexplicable. Los dos hijos, Finn Pigot y Freddie James, también cumplen su cometido, aunque sus actuaciones son menos destacadas. Lo que no funciona tan bien es la forma en que la película intenta explorar las dinámicas familiares. A veces, los conflictos entre los miembros de la familia se sienten forzados y poco naturales.

El guion es el punto más débil de la película. Si bien la idea central es interesante, la historia carece de profundidad y los personajes, en general, son planos. Se intenta explorar temas como el trauma familiar, la culpa y el miedo, pero estos temas se tocan superficialmente y nunca se profundiza lo suficiente. Los diálogos suelen ser poco naturales y, en ocasiones, torpes. La resolución, aunque impactante, también resulta algo predecible y carente de mayor elaboración. No obstante, la película consigue generar una atmósfera de incertidumbre y terror psicológico que te hace cuestionar la realidad y la percepción de los personajes. “The Darkness” no es una obra maestra, pero sí una experiencia inquietante que te hará pensar en ella mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.

Nota: 6/10