The Delinquent Season (2018)

“The Delinquent Season” no es un melodrama convencional. En lugar de glorificar la perfección idealizada de una relación, se atreve a desgranar la fragilidad, la incomunicación y la desconfianza que pueden acechar incluso en los matrimonios aparentemente más felices. Esta película, dirigida con sutileza por la dupla compuesta por Ben Young y Will Sharpe, se presenta como un estudio de personajes inquietante y, sobre todo, profundamente humano. La premisa – dos parejas que, a pesar de una aparente armonía, se encuentran en el borde del colapso – es un punto de partida excelente para una exploración del amor y la familia que, sin embargo, supera las expectativas iniciales, ofreciendo una profundidad emocional que pocos filmes de este género alcanzan.

La dirección de Young y Sharpe es notable por su capacidad para crear una atmósfera de tensión latente. Se evita el recurso de momentos explosivos o diálogos artificiosos. La tensión reside en lo no dicho, en las miradas cómplices que esconden secretos, en los gestos nerviosos y en la constante sensación de que algo está a punto de romperse. El ritmo de la película es deliberadamente pausado, permitiendo que el espectador se sumerga en el interior de cada personaje, en sus dudas y miedos. El uso de planos largos y composiciones visuales precisas contribuye a esa sensación de calma perturbadora, que, paradójicamente, es mucho más efectiva que cualquier escena de conflicto intenso.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Joaquin Murphy y Flora Crawley-Storr, quienes interpretan a los protagonistas masculinos y femeninos respectivamente, ofrecen interpretaciones magníficas y con una gran sutileza. Capturan la complejidad de sus personajes, transmitiendo con maestría la confusión, la inseguridad y el deseo de escapar de una realidad que les resulta insatisfactoria. La química entre ambos es palpable, lo que hace que la historia de desamor y traición sea aún más impactante. Las actuaciones secundarias, especialmente la de Thomasin McKenzie como la hija adolescente, también son destacables, aportando una mirada fresca y desinhibida a la dinámica familiar.

El guion, adaptado de la novela homónima de Jesse Sliwinski, es lo que realmente eleva a “The Delinquent Season” por encima de la simple historia de dos parejas en crisis. La película plantea preguntas fundamentales sobre la naturaleza del amor, la responsabilidad, la pérdida de la inocencia y la dificultad de mantener una comunicación abierta y honesta. No ofrece respuestas fáciles ni juicios morales. En su lugar, presenta un retrato realista y sin tapujos de las complejidades del vínculo familiar y de los mecanismos de defensa que utilizamos para proteger nuestros corazones. La película no se limita a explorar las relaciones románticas; también examina la relación de la hija con sus padres, mostrando cómo las decisiones de los adultos afectan la vida de los jóvenes. Esta mirada multidimensional hace que la película sea especialmente relevante y provoque una reflexión profunda.

Nota: 8.5/10