The Duel (2024)

“The Duel” no es precisamente una película que intente redefinir el thriller psicológico. A pesar de su premisa inquietante y su atmósfera opresiva, la película se aferra a un estilo visualmente atractivo pero, en última instancia, emocionalmente distante. Daniel Schecter, director del corto "The Trip" (2014), regresa con un ambicioso proyecto que explora las grietas de la amistad y el hedonismo desenfrenado, pero que, paradójicamente, no logra conectar verdaderamente con el espectador.

La película, ambientada en un entorno rural y decadente, posee una estética impecable. La dirección de arte es excelente, plasmando un ambiente de abandono y peligro latente. La fotografía de Ben Towne, con un uso magistral de la luz y la sombra, contribuye a crear una sensación constante de incomodidad y paranoia. Es, sin duda, una película visualmente cautivadora, aunque excesivamente estilizada, llegando incluso a sentirse artificial a veces. La banda sonora, igualmente sofisticada, refuerza esa sensación de tensión contenida, pero también contribuye a la frialdad general de la experiencia.

La película se centra en la desintegración de un grupo de amigos tras la infidelidad de Colin (Charlie Heaton) a Abbie (Anya Taylor-Joy). La trama, que implica un viaje peligroso a través de la frontera en busca de drogas, se presenta como un catalizador para la confrontación, pero la ejecución es un punto débil. Las motivaciones de los personajes no son del todo claras, y la dinámica grupal se siente más como una colección de personajes aislados que comparten un evento traumático, en lugar de una verdadera comunidad en crisis. El ritmo es deliberadamente lento, lo que a veces resulta desconcertante y dificulta la inmersión en la historia. El guion, aunque intrincado, carece de profundidad emocional y se apoya demasiado en la sugerencia y el simbolismo, dejando al espectador con la sensación de que se le está ocultando información importante.

Las actuaciones son sólidas, pero no suficientes para compensar las deficiencias del guion. Charlie Heaton, en el papel de Colin, transmite con convicción el conflicto interno del personaje, aunque su actuación a veces se siente más como un despliegue de gestos que de verdaderas emociones. Anya Taylor-Joy, siempre una actriz destacada, ofrece una interpretación reservada y sutil, pero se ve limitada por la falta de desarrollo del personaje. El resto del elenco, compuesto por jóvenes actores prometedores, realiza un trabajo competente, aunque sus personajes carecen de profundidad y complejidad.

En definitiva, “The Duel” es una película ambiciosa pero frustrante. Aunque visualmente atractiva y con algunas actuaciones sólidas, carece de la profundidad emocional y la coherencia narrativa que necesitaba para ser verdaderamente memorable. Es un ejercicio de estilo que, en última instancia, no logra conectar con el espectador a un nivel significativo. Se siente como una propuesta interesante que se queda en la superficie, sin explorar completamente su potencial.

Nota: 6/10