The Equalizer 3 (2023)

“The Equalizer 3” nos devuelve a Robert McCall, interpretado con una dignidad y una intensidad innegable por Denzel Washington, en una trama que, en última instancia, se siente un tanto familiar pero, afortunadamente, lo suficientemente convincente para mantenernos enganchados. La película, dirigida por Antoine Fuqua, se sitúa en el corazón de Nápoles, una ciudad que sirve como un escenario visualmente deslumbrante y profundamente evocador, contrastando el bullicio de las calles con la quietud melancólica de la costa. Fuqua logra construir una atmósfera de suspense palpable desde el principio, aprovechando al máximo la belleza del entorno y la tensión inherente a una historia sobre venganza y justicia. Sin embargo, la película no es tan innovadora como se podría esperar, reposando en muchos aspectos sobre la fórmula probada y verdadera de la franquicia.

Denzel Washington, como siempre, ofrece una actuación magistral. Su interpretación de McCall es sutil, pero poderosa. La carga del pasado es visible en cada línea, en cada mirada. Su personaje se encuentra en un punto crucial, intentando redimir sus errores y encontrar un sentido a su vida, y Washington transmite esa lucha interna con una autenticidad devastadora. Los actores de apoyo, particularmente Dakota Fanning como Kate Branner, también hacen un buen trabajo, ofreciendo contrapuntos interesantes a la figura dominante de McCall. Sin embargo, la trama, aunque interesante, carece de la complejidad y la originalidad que la serie “The Equalizer” ofrecía en sus inicios. La narrativa se centra en una confrontación directa con la mafia napolitana, y aunque las escenas de acción son bien coreografiadas y visualmente impresionantes, no profundizan en las motivaciones de los personajes ni exploran las consecuencias morales de sus actos.

El guion, aunque competente, es un tanto predecible. Las situaciones que se plantean son claras y la resolución, en general, satisfactoria, aunque no particularmente sorprendente. Se aprovechan los clichés del género de acción, y a pesar de que las escenas de combate son efectivas y emocionantes, el guion no ofrece ningún giro inesperado o una reflexión profunda sobre la justicia. La historia se mueve a un ritmo rápido, manteniendo el interés del espectador, pero a veces sacrifica la profundidad a favor de la acción. La película se centra en las consecuencias directas de las acciones de McCall, dejando fuera un análisis más amplio de las fuerzas que lo impulsan y la naturaleza de su propia búsqueda de redención. En este sentido, la película podría haber logrado algo más si hubiera explorado más a fondo el conflicto interno de Robert McCall y su lucha por encontrar la paz.

A pesar de sus limitaciones narrativas, “The Equalizer 3” es un entretenimiento sólido, respaldado por la presencia imponente de Denzel Washington y las impresionantes imágenes de Nápoles. La película cumple su función como una historia de acción intensa y emocionante, pero no alcanza el nivel de brillantez de los anteriores entregables de la saga. Es un espectáculo para los ojos y un disfrute para los fanáticos del género, pero quizás no sea suficiente para conquistar a un público más amplio.

Nota: 7/10