The equalizer (El protector) (2014)

“The Equalizer” (El Protector), la película de Richard Wenk, no es una obra maestra de la narrativa compleja, pero sí ofrece una dosis gratificante de acción, justicia y una atmósfera de tensión cuidadosamente construida. La película, que se sitúa en el marco de un thriller neo-noir con elementos de drama criminal, explora el dilema moral de un hombre que busca redención a través de la violencia, una dinámica que resulta sorprendentemente efectiva y, para algunos, inquietantemente atractiva.

La dirección de Antoine Fuqua es sólida, estableciendo un ritmo pausado que permite desarrollar la atmósfera de la película. No se siente apresurada a mostrar la acción, sino que la construye con cuidado, usando la iluminación y la composición para generar una sensación constante de peligro inminente. Fuqua sabe cómo sacar el máximo provecho de los escenarios, utilizando Boston como un personaje secundario en sí mismo, un laberinto urbano que refleja el estado de ánimo del protagonista. El uso de planos detalle y la banda sonora, aunque no especialmente innovadora, complementan muy bien la acción y la atmósfera sombría.

Denzel Washington, como siempre, ofrece una actuación imponente. Su interpretación de Robert McCall es magistral: una mezcla perfecta de calma, introspección y, cuando es necesario, brutalidad. Washington logra transmitir la complejidad del personaje, su pasado traumático y su lucha interna. Lo que realmente destaca es su capacidad para comunicar la empatía que siente por Teri, la joven explotada, sin caer en la melodramatización. La película se beneficia enormemente de su presencia y de su capacidad para imbuir al personaje con una dignidad silenciosa.

Si bien el guion de Richard Wenk es directo, podría haber sido más audaz en la exploración del pasado de Robert McCall. La película se apega en gran medida a las convenciones del género, aunque introduce algunos elementos intrigantes relacionados con su pasado en la CIA. La trama se centra en la justicia personal y la venganza, y aunque estos temas son interesantes, el guion carece de profundidad y complejidad. Algunos giros argumentales son predecibles, pero la ejecución es satisfactoria y el desarrollo del personaje de Teri añade un componente emocional que eleva la película por encima de la simple acción. La idea de que un hombre con un pasado oscuro y un código moral retorcido se convierta en un protector para los desvalidos es, en esencia, un tropo ya familiar, pero la película lo explora con un buen grado de eficacia.

En definitiva, “The Equalizer” es un thriller de acción disfrutable y bien ejecutado. Ofrece un buen entretenimiento y una actuación sobresaliente de Denzel Washington, pero carece de la originalidad y la complejidad que podrían haberla convertido en algo verdaderamente memorable. Es un cine de acción sin pretensiones, que busca complacer al espectador con una dosis justa de tensión, violencia y un final satisfactorio.

Nota: 7/10