The Feast (2021)

“The Feast” es una propuesta cinematográfica intrigante, una mezcla inquietante de comedia negra, horror y drama rural que, aunque no llega a la perfección, ofrece una experiencia visualmente impactante y con un impacto emocional persistente. Dirigida por Will Sharpe, la película se centra en una familia de Gales, la familia Ramsay, donde el aislamiento y las tensiones internas están a punto de explotar durante una cena de gala para sus amigos más cercanos. La premisa, simple pero efectiva, sirve como punto de partida para una exploración profunda de las dinámicas familiares, la clase social y la fragilidad de la condición humana.

El director Sharpe, conocido por su trabajo en “Little Joe Dynamite”, demuestra una habilidad notable para crear una atmósfera opresiva y claustrofóbica. La casa rural, ubicada en un paisaje gótico y melancólico, se convierte en un personaje más, pesado y amenazante. La fotografía de Jamie Fowler es particularmente destacable; el uso de la luz y la sombra, la paleta de colores apagados y la meticulosa atención al detalle en la ambientación contribuyen a generar una sensación de incomodidad y anticipación constante. La película no recursa en sustos baratos, sino que construye el horror de forma sutil, basada en el juego de miradas, la tensión verbal y la creciente paranoia de los personajes.

El elenco, liderado por aclamados actores como Olivia Colman y Jamie Dornan, entrega interpretaciones sobresalientes. Colman, en el papel de la matriarca Mary, es magistral. Su mirada, a menudo vacía y distante, es el indicador principal de la descomposición interna de la familia. Dornan, como su esposo, es capaz de transmitir un dolor latente bajo una fachada de calma, aunque este pueda ser un recurso para ocultar algo aún más siniestro. Las actuaciones secundarias, con figuras como Hugo Weaving y Amy Beth Cuming, son igualmente convincentes, aportando capas de complejidad a las relaciones familiares y a las motivaciones de cada personaje.

El guion, escrito por Will Sharpe y Sam Pink, es donde la película alcanza su mayor potencial, y también, su mayor complejidad. Si bien la historia mantiene un ritmo deliberado que no apresura la construcción de la tensión, las subtramas y los secretos familiares se revelan gradualmente, generando un impacto emocional considerable. La película no ofrece respuestas fáciles ni justificaciones explícitas, dejándote con preguntas incómodas y la sensación de que lo que estás viendo es solo la punta del iceberg. El guion se adentra en la crítica social, explorando las desigualdades de clase y las consecuencias del aislamiento, temas que, aunque tratados con un toque de humor negro, resultan profundamente relevantes. Es una película que invita a la reflexión sobre las familias, las elecciones que tomamos y el precio que pagamos por mantener las apariencias.

En definitiva, “The Feast” es una experiencia cinematográfica provocadora y memorable. Es una película que se queda contigo mucho después de que los créditos finales hayan comenzado a rodar, invitándote a analizar sus múltiples capas de significado. No es una película para todos los públicos, pero para aquellos que aprecien el cine independiente con sustancia y originalidad, es una joya por descubrir.

Nota: 8/10