The Forbidden Legend: Sex & Chopsticks 2 (2009)

“The Forbidden Legend: Sex & Chopsticks 2” no es una obra maestra, ni se pretendía ser. Es una propuesta audaz, deliberadamente campante, que se sirve de un guion inverosímil y de la estética de las películas eróticas asiáticas de los años 70 para ofrecer una comedia sexualmente explícita, con un toque de drama familiar y un buen puñado de elementos de intriga. El resultado es, en definitiva, una experiencia peculiar, a veces divertida, pero también con momentos que rozan lo absurdo y la repetición. El director, Jian Li, se aventura en un territorio que requiere un manejo preciso para evitar caer en la caricatura, y aunque en ocasiones lo logra, también hay decisiones estilísticas que restan pulido a la producción.

La película se centra en el personaje de Simon Qing, interpretado con una mezcla de ingenuidad y torpeza por parte de Leo Liu. Liu, en su papel, transmite un encanto accidental, y su evolución, desde el joven virgen hasta el hombre que desflorea monjas y se enamora de mujeres casadas, es el núcleo de la trama. Sin embargo, el guion, escrito por un equipo que parece disfrutar jugando con las convenciones, a veces se desvía demasiado del camino, introduciendo situaciones que, aunque lógicas dentro del contexto de la película, carecen de la profundidad necesaria para generar una conexión real con el espectador. La trama, en su mayor parte, se siente como una sucesión de encuentros y desencontros, en lugar de un desarrollo narrativo coherente.

Las actuaciones, en general, son sólidas. La interpretación de Violetta Chen, como la joven y coqueta heredera, es convincente. La monja Moon, interpretada por Jing Wang, ofrece un contraste interesante, mezclando la devoción religiosa con un espíritu rebelde y una atracción por Simon. Sin embargo, el personaje de Wu Da-Lang, el enano casado, se siente como un arquetipo caricaturesco, un recurso recurrente en el género, que no aporta mayor profundidad a la narrativa. El vestuario y la puesta en escena, fuertemente influenciados por la estética de las películas eróticas de la época, son visualmente atractivos y contribuyen a la atmósfera particular de la película. La coreografía de algunas escenas de baile es especialmente memorable y, a menudo, sorprendentemente sugestiva.

No obstante, la película no se salva de ciertos problemas. El ritmo es irregular, a veces se siente demasiado apresurado, otras demasiado lento. La película se propone como una sátira a las convenciones del género, pero a veces parece olvidar su propia intención, sumergiéndose en la repetición de clichés y elementos visuales similares. La exploración del tema de la virginidad y el deseo es superficial, más centrada en el espectáculo visual que en la reflexión. La escena de "chopsticks" que da título a la película, aunque visualmente impactante, no aporta ningún valor narrativo y se siente descolgada en el contexto general de la historia. En definitiva, “The Forbidden Legend: Sex & Chopsticks 2” es una experiencia desigual, que vale la pena ver por su originalidad y su capacidad para generar momentos de sorpresa, pero que no logra alcanzar su potencial narrativo.

Nota: 6/10