The guest (2014)

“The Guest” (El Invitado) es, en esencia, una película que se construye sobre la tensión, una atmósfera palpable que se va apoderando del espectador con una lentitud deliberada y, a veces, inquietante. Dan Stevens, como David, ofrece una actuación absolutamente cautivadora, transformándose en un hombre aparentemente inofensivo que, a medida que avanza la trama, revela capas de inquietud y ambigüedad que desafían cualquier intento de descifrarlo completamente. Su carisma natural, su mirada dulce y su comportamiento amable son el perfecto contrapunto a la creciente sensación de que algo no encaja, lo que hace que cada interacción sea un juego de gato y ratón con el espectador. No se trata de un héroe ni de un villano, sino de un enigma.

La dirección de Eli Roth, a menudo asociada con el terror gore, demuestra una capacidad sorprendente para manipular la atmósfera. Roth no se aferra a sustos fáciles, sino que construye una sensación de incomodidad progresiva a través del uso meticuloso de la luz, la música y el diseño de producción. El diseño de interiores, con su estética retro y ligeramente opresiva, contribuye a la sensación de que el protagonista, y por extensión, la película, están atrapados en un espacio temporal y emocionalmente contundente. La banda sonora, minimalista y a veces perturbadora, refuerza la atmósfera de suspense. Es un estilo que se aleja radicalmente del trabajo anterior de Roth, mostrando una madurez y una comprensión del horror psicológico que antes no poseía.

El guion, escrito por Roth junto con Joe Sperber, es donde la película realmente brilla. La historia, aunque aparentemente sencilla, está repleta de detalles sutiles y referencias culturales que enriquecen la trama y la convierten en una experiencia más profunda. La película juega de manera magistral con la nostalgia de la década de 1980, utilizando elementos visuales y musicales que evocan un sentimiento de familiaridad y a la vez de irrealidad. La construcción de los personajes secundarios, cada uno con sus propios secretos y motivaciones, es también impecable. La película se sirve de la vulnerabilidad de la familia Peterson en su duelo para crear un terreno fértil para la paranoia y la sospecha. Sin embargo, el guion evita caer en clichés y estereotipos, explorando la complejidad de las relaciones familiares y la naturaleza del trauma con una honestidad sorprendente.

La película no es para todos los gustos. Su ritmo pausado y la falta de explicatorios definitivos pueden frustrar a quienes buscan respuestas claras. Pero para aquellos que disfrutan de las películas que plantean preguntas y que dejan espacio para la interpretación, "The Guest" es una joya. No es un thriller convencional, sino una meditación sobre la memoria, el duelo, la identidad y la manipulación. Es, sobre todo, una película que te hace pensar y, quizás, incluso sentir un escalofrío al final.

Nota: 8/10