The Informer (2019)

“The Informer” (2023) no es una película que enamora al instante, sino que, como un brebaje complejo y amargo, te obliga a saborear cada matiz, a reflexionar sobre sus sabores discordantes y, finalmente, a apreciar su profundidad. Dirigida por Rémy Heller, la película se establece en el submundo criminal de Nueva York a finales de los años 90, un ambiente palpable que se construye a través de una fotografía sombría y una banda sonora inquietante que evoca la desesperación y la corrupción.

La película se centra en Pete Koslow (Joel Kinnaman), un exconvicto ruso-polaco atrapado entre la lealtad a su implacable jefe, Klimek (Mads Mikkelsen), y la creciente intriga de dos agentes federales, la agente Mallory (Rosamund Pike) y el agente Davis (Charles Melton). Kinnaman ofrece una actuación soberbia, entregando una interpretación matizada de un hombre dividido, un hombre que ha vendido su alma a la mafia para proteger a su familia. Su Pete Koslow no es un héroe, es un superviviente, un hombre que ha hecho concesiones por su amor, y la película se atreve a mostrarnos las consecuencias de esas decisiones. Mikkelsen, por su parte, es desmentidor absoluto como Klimek, un jefe frio, calculador y despiadado que personifica el poder absoluto. Pike aporta una presencia magnética y una ambigüedad intrigante a su personaje, una agente federal que lucha por mantener la moral en un mundo donde la lealtad es una mercancía.

Lo que realmente distingue a "The Informer" es la manera en que el guion, escrito por Heller y el propio Mikkelsen, explora temas de traición, identidad y la corrosiva influencia del dinero. La película se aparta de la narrativa de espías típica, priorizando la psicología de sus personajes y la construcción de un ambiente claustrofóbico y opresivo. El guion no ofrece respuestas fáciles ni soluciones claras; en lugar de eso, presenta un dilema moral constante, donde las líneas entre el bien y el mal se difuminan hasta convertirse en indistinguibles. Las escenas de tensión son meticulosamente construidas, empleando la espera y la sugerencia en lugar de los atajos narrativos habituales. Sin embargo, la película a veces se enreda en su propio cinismo, y algunas de sus ideas, aunque inteligentes, podrían haber sido más convincentes si se hubieran desenvuelto con mayor audacia. La paciencia del espectador es puesta a prueba, pero la recompensa es una experiencia cinematográfica profunda y perturbadora.

Finalmente, la película es un estudio sobre la pérdida de la inocencia, una reflexión sobre las elecciones que tomamos para proteger a aquellos que amamos y el precio que estamos dispuestos a pagar por ello. No es una película para todos los gustos, pero para aquellos que buscan una experiencia cinematográfica exigente y original, "The Informer" merece ser vista.

Nota: 7/10