The Innocents (2021)

“The Innocents” es una película que se instala bajo la piel, no como un thriller frenético, sino como una inquietante advertencia sobre la fragilidad de la infancia y el potencial destructivo de la inocencia misma. La dirección de Colm McCarthy es, sin duda, su mayor fortaleza. McCarthy se evita los clichés del género de terror infantil, optando por una atmósfera de suspenso palpable y visualmente opresiva. La paleta de colores, dominada por el verde y el marrón de la naturaleza circundante, contrasta con la creciente oscuridad que se desata en el pequeño pueblo, creando una sensación constante de incomodidad. No se basa en sustos baratos, sino en la sugestión, en la sugerencia de lo que está por venir, lo que se esconde tras las sombras. McCarthy hace un trabajo magistral en la construcción de la tensión, utilizando planos largos, movimientos de cámara lentos y la banda sonora minimalista para generar un sentimiento de premonición que te recorre el cuerpo desde el primer minuto.

Las actuaciones son excepcionales, en particular la de los niños. Los actores no recurren a expresiones exageradas o a diálogos artificiales. Daniel Read, como Tom, el chico al que se le ha perdido el padre, encarna la vulnerabilidad y la pérdida con una intensidad conmovedora. El elenco infantil se siente auténtico, creíble y, lo más importante, perturbador. Sus interpretaciones son sutiles, reflejando la confusión y el miedo que sienten ante sus nuevos poderes, y la gradual erosión de su inocencia. El resto del reparto adulto, a pesar de tener menos tiempo en pantalla, contribuye a la atmósfera de desconcierto y a la sensación de que algo anda terriblemente mal.

El guion, co-escrito por McCarthy y Élise Hollander, es donde la película realmente brilla. La historia se desarrolla a un ritmo pausado, permitiendo que las dinámicas entre los niños y su creciente poder se establezcan con profundidad. No hay explicaciones fáciles, ni justificaciones para los horrores que presencian. La película plantea preguntas inquietantes sobre la naturaleza del poder, la responsabilidad y el impacto de las acciones, incluso las más inocentes. El desarrollo de la trama es inteligente y, sobre todo, moralmente ambiguo. La película no nos dice quién es el “bueno” y quién el “malo”; la responsabilidad recae en todos los personajes, incluso en aquellos que, inicialmente, parecen los inocentes.

Aunque la película puede resultar lenta para algunos espectadores acostumbrados al cine de terror tradicional, su atmósfera inquietante, sus actuaciones creíbles y su guion inteligente la convierten en una experiencia cinematográfica inolvidable. “The Innocents” es una reflexión perturbadora sobre la infancia y el mal que puede acechar incluso en los lugares más inesperados. Es una película que te dejará pensando en ella mucho después de que terminen los créditos. No busca dar respuestas fáciles, sino plantear dudas y provocar la reflexión. Es una obra que demuestra la fuerza del cine de terror psicológico y su capacidad para explorar los rincones más oscuros de la condición humana.

Nota: 8/10