The Island (2023)

“The Island” (2005) es una película que, a pesar de sus evidentes influencias y su atmósfera ligeramente cliché, logra ofrecer una experiencia cinematográfica interesante y, en ciertos momentos, inquietantemente evocadora. La historia de Mark, un policía de Los Ángeles atormentado por el asesinato de su hermano, que regresa a una isla misteriosa para buscar respuestas, presenta un núcleo de intriga que, si bien no es original, se desarrolla con un ritmo que, a veces, se siente excesivamente lento.

La dirección de Michael Bay, omnipresente en su uso de explosiones y secuencias de acción visualmente impactantes, funciona como un arma de doble filo. Si bien las escenas de acción son espectaculares, una parte de la tensión se diluye en el exceso de espectacularidad. Bay intenta, y a veces lo consigue, generar una atmósfera de peligro inminente, pero la constante necesidad de mostrar la “gran explosión” interrumpe el desarrollo de la narrativa y desvia la atención del espectador del inquietante enigma central. La fotografía, sin embargo, es sólida y contribuye a la sensación de aislamiento y desolación de la isla.

Las actuaciones son, en general, correctas. Josh Lucas, como Mark, transmite un buen nivel de desesperación y determinación, pero la profundidad emocional se ve mermada por el guion, que no siempre le permite explorar las complejidades de su trauma y su búsqueda de venganza con la profundidad que merecía. Scarlett Johansson, en el papel de Jordan, la científica que se convierte en su compañera, aporta un toque de ambigüedad moral que, aunque a veces torpe, es interesante. Bryan Cranston, en el papel del magnate, Ted Breed, ofrece una interpretación calculada y amenazante, aunque su antagonista, en última instancia, carece de la sutileza que haría de su personaje más memorable.

El guion es, sin duda, el punto más débil de la película. Se basa en conceptos ya explorados en otras obras de ciencia ficción y thriller, como “The Matrix” o “Blade Runner”, sin aportar una perspectiva fresca o original. La trama se desarrolla de una manera predecible, y los diálogos, en ocasiones, son torpes e inverosímiles. A pesar de los esfuerzos por crear un misterio intrigante, la resolución final resulta un poco simplista y no justifica la escala del conflicto presentado a lo largo de la película. El tono, que oscila entre el thriller político y el melodrama familiar, nunca logra encontrar un equilibrio cohesivo. El argumento explora temas de corporatismo, control social y la pérdida de la libertad individual, pero lo hace de manera superficial, priorizando la acción sobre la reflexión.

A pesar de sus deficiencias, “The Island” ofrece una experiencia visualmente estimulante y, en cierto modo, entretenida. Es un thriller de acción de bajo presupuesto que, si no se espera demasiado de él en términos de profundidad narrativa o originalidad, puede ser una distracción agradable. No es una obra maestra, pero tampoco un desastre absoluto.

Nota: 5/10