El último aliento (2024)

“El último aliento” es un thriller de supervivencia submarina que, en la superficie, parece un ejercicio de tensión predecible, pero que al profundizar en su ejecución, revela una sorprendente capacidad para mantener al espectador al borde del asiento. La premisa, un grupo de amigos de la universidad reunidos para explorar los restos de un buque de guerra hundido, establece una atmósfera inicial de camaradería y nostalgia que se disipa rápidamente cuando la curiosidad se convierte en una lucha desesperada por la supervivencia. La película juega con la claustrofobia de manera efectiva, utilizando la oscuridad, el sonido y la visualización del entorno submarino para generar un nivel de ansiedad palpable, incluso para aquellos que no suelen ser susceptibles a este tipo de terror.

La dirección de James Swallowbrook es, sin duda, un punto fuerte de la película. Evita caer en la explotación gratuita del terror, optando por un ritmo constante, un uso inteligente del sonido y una fotografía que, a pesar de la oscuridad, logra transmitir la belleza y el horror del entorno. La planificación de las escenas claustrofóbicas es magistral; la lentitud con la que los personajes se mueven, la dificultad para respirar, el ruido metálico del casco oxidado, todo contribuye a la sensación de aprisionamiento. Swallowbrook, en particular, sabe cómo manipular la percepción del tiempo, haciendo que los minutos se sientan como horas.

El reparto, liderado por Mark Mulligan, brinda interpretaciones sólidas. Mulligan, en el papel del líder del grupo, transmite un peso considerable, mostrando tanto la determinación como la vulnerabilidad. Los demás miembros del equipo, interpretados por un elenco diverso, también aportan personajes convincentes, cada uno con sus propias motivaciones y miedos. No se trata de actores estrella, lo cual ayuda a que la dinámica del grupo parezca más auténtica y realista. La película se beneficia enormemente de la química entre los actores, lo que permite que la tensión y el conflicto, cuando surgen, sean creíbles.

Si bien la premisa es familiar y las secuencias de tensión son buenas, el guion presenta algunos puntos débiles. Algunas de las escenas de acción, aunque efectivas, se sienten un tanto forzadas y carecen de la sutileza que podría haber elevado el impacto emocional. Además, la motivación de algunos personajes, especialmente en lo que respecta a la búsqueda de un tesoro perdido, se siente un poco superficial. Sin embargo, la película consigue compensar estas fallas con un final que, aunque predecible, es emocionalmente resonante y que plantea preguntas sobre la amistad, la lealtad y el precio de la ambición.

En definitiva, “El último aliento” es un thriller de supervivencia que, aunque no redefine el género, ofrece un espectáculo visualmente impresionante, una atmósfera tensa y unas actuaciones convincentes. Es una película que vale la pena ver, especialmente para aquellos que aprecien las historias de supervivencia y la exploración de las profundidades tanto del océano como de la psique humana.

Nota: 7/10