The Last Lear (2008)

“The Last Lear” no es simplemente una película; es una meditación sobre la vida, el arte y las sombras que se proyectan sobre las grandes figuras. La cinta, dirigida magistralmente por Rakesh Omprakash Mehra, nos sumerge en la última lucha de Harish Mishra, un actor legendario al borde del colapso, a través de una narrativa intrincada que se construye en gran medida a través de recuerdos y reflexiones. Mehra ha logrado un equilibrio delicado entre la intensidad del presente y las complejidades del pasado, creando una experiencia cinematográfica que perdura mucho después de que los créditos finales aparecen en pantalla.

La película se centra en la relación tensa y a menudo desgarradora entre Harish, interpretado con una profunda vulnerabilidad y una elegancia melancólica por parte de Naseeruddin Shah, y Shabnam (Shefali Shah), su compañera de reparto. Shah, con una presencia imponente y una habilidad innata para transmitir emociones sutiles, ofrece una actuación conmovedora, revelando la fragilidad que se esconde tras la fachada de un artista consolidado. La química entre él y Shah es palpable, dando como resultado un diálogo rico y lleno de matices, que explora temas de ambición, arrepentimiento y el precio de la fama. Shefali Shah, por su parte, equilibra la complejidad de su personaje con una sensibilidad admirable, demostrando una capacidad impresionante para navegar por el dolor y la frustración.

La dirección de Mehra es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. A diferencia de sus obras más explícitas, aquí, la tensión no reside en escenas de acción frenéticas, sino en los silencios, en las miradas y en la palpable incomunicación entre los personajes. La banda sonora, compuesta por AR Rahman, se integra perfectamente en la narrativa, realzando las emociones y creando una atmósfera de melancolía y nostalgia. La fotografía, con una paleta de colores apagados y escenas iluminadas de manera natural, contribuye a la sensación de estar presenciando un proceso de despedida.

El guion, aunque a veces puede ser un poco denso, es lo suficientemente sólido para sostener la ambición visual de la película. La forma en que se entretejen los flashbacks, revelando gradualmente los eventos que han moldeado la vida de Harish, es especialmente efectiva. Sin embargo, es importante mencionar que algunos de los flashbacks se sienten un poco abruptos, perdiendo en ocasiones la fuerza emocional que deberían haber tenido. La película se adentra en territorios psicológicos con una honestidad sorprendente, cuestionando la naturaleza del arte y su relación con la fama y el reconocimiento. No es una película que gratifique a quien busca una trama sencilla, sino que requiere una cierta inversión de tiempo y atención del espectador. Es una película que invita a la reflexión y que deja una huella, no por su espectacularidad, sino por su corazón.

Nota: 7.5/10