The Longest Week (2014)

“The Longest Week” no es un thriller dieciochesco de giros y vueltas, ni una comedia ligera. Es, en su lugar, una meditación sobre la vacuidad existencial y la inesperada importancia de las conexiones humanas, envuelta en una narrativa que, a primera vista, parece sacada de un cliché del cine negro. Sin embargo, la película de Matthew Vaughn consigue, sorprendentemente, tejer una historia con una carga emocional y un estilo visual que la elevan por encima de sus premisas más predecibles.

La película se centra en Conrad Valmont, interpretado con una sutil elegancia por Oscar Isaac. Isaac logra transmitir con maestría la apatía generalizada de su personaje, un hombre de treintañeros desposeído de ambiciones y en la perpetua búsqueda de la inacción. Es un hombre que, aparentemente, vive a la deriva en el lujoso entorno que le ofrece su familia, y la situación de desahuciado y pérdida inesperada de su herencia funciona como catalizador para un despertar, aunque este se presente de una forma bastante reticente. Isaac no ofrece un despliegue de emociones grandilocuente, sino una expresión contenida de la frustración y la inquietud latentes en el personaje.

La dirección de Vaughn es, como suele ser habitual en su filmografía, limpia y precisa. No se permite ser excesivamente adornada, priorizando la atmósfera y el ritmo. El uso del blanco y negro intensifica el contraste entre la opulencia del hotel y la desesperación interna de Conrad. La fotografía es impecable, utilizando la iluminación para crear sombras y resaltar las miradas, reflejando el estado emocional del protagonista. Además, la banda sonora, compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, es envolvente y contribuye a la sensación de inquietud y melancolía. Vaughn domina el suspense con una sutileza efectiva, construyendo la tensión a través de la atmósfera y la actuación, más que con explosiones o persecuciones espectaculares.

El guion, coescrito por Vaughn y Nicholas Stoller, se centra en un desarrollo de personajes muy lento pero poderoso. La relación con la mujer del desalojador, interpretada con una fuerza y vulnerabilidad sorprendente por Samantha Morton, es el núcleo emocional de la película. Su encuentro no es un romance instantáneo, sino un intercambio gradual de verdades y, quizás, una oportunidad para ambos de cuestionar sus propias vidas. La película aborda temas como la soledad, la falta de propósito y la búsqueda de significado, sin ofrecer respuestas fáciles. En lugar de eso, nos plantea preguntas sutiles y nos deja con una sensación de reflexión. El guion evita los clichés del género y se mantiene fiel a la complejidad de las relaciones humanas.

A pesar de su ritmo pausado y su enfoque en la introspección, "The Longest Week" es una película notable que ofrece una perspectiva refrescante sobre el cine de suspense. No busca entretener con momentos impactantes, sino con la intensidad de una mirada honesta a la condición humana. Es una película que invita a la reflexión y que, a pesar de su aparente sencillez, deja una huella duradera en el espectador.

Nota: 7/10