“The Lure” no es una película que se olvida fácilmente. Con su estética deliberadamente retro y su peculiar mezcla de comedia oscura y terror, esta cinta de 2023 de Jamie Banim (conocido también por ‘Mandrake’ y ‘The Last Drive-In’) logra, paradójicamente, un equilibrio que, a primera vista, parece inalcanzable. El resultado es una experiencia cinematográfica inquietante y sorprendentemente divertida, que evoca a una suerte de surrealismo británico de los 80 con un toque de gore que, sorprendentemente, se integra con naturalidad a la narrativa.
La dirección de Banim es magistral. La película se mueve con una fluidez asombrosa entre la comedia y el horror, y lo hace con una convicción total. La banda sonora, repleta de sintetizadores ochenteros y melodías pegadizas, no solo transporta al espectador a una época, sino que también funciona como un elemento narrativo, intensificando las tensiones y subrayando el tono absurdo de la situación. La cámara a menudo se mueve a un ritmo frenético, reflejando la locura inherente a la premisa. Particularmente me gustó la forma en que Banim juega con la perspectiva y el montaje, creando momentos de desorientación que, en lugar de frustrar al espectador, lo sumergen aún más en la película.
Las actuaciones son sólidas en todos los niveles. Sophie Stuckey (Silver) y Erin Rouyeza (Golden) ofrecen interpretaciones brillantes, transmitiendo con convicción las personalidades de estas hermanas sirenas. Su química es palpable, y sus interpretaciones son genuinamente divertidas. Sin embargo, la verdadera joya de la película es el personaje de el bajista, interpretado por el siempre carismático Alfie Allen. Allen aporta una vulnerabilidad y un toque de humanidad a un rol que podría haber sido plano y trillado. Su interpretación es sutil, pero efectiva, y crea una conexión emocional con la audiencia. El resto del reparto secundario, incluyendo a los personajes del club nocturno, también son memorables y contribuyen significativamente al ambiente general.
El guion, la columna vertebral de la película, es una obra maestra de la construcción de personajes y la creación de situaciones inesperadas. La premisa, la idea de sirenas trabajando en un club de música, es tan absurda que, de no ser por la ejecución impecable, podría haber resultado torpe. Sin embargo, Banim la transforma en un terreno fértil para la comedia negra y el terror visceral. La película no rehuye la violencia, y las escenas de gore son impactantes y bien coreografiadas, pero nunca se sienten gratuitas. Más allá del factor "sangre y sudor", la película explora temas de ambición, identidad, y las consecuencias de perseguir tus sueños, incluso cuando esos sueños son inherentemente peligrosos. La película no intenta ser profunda o compleja, pero lo logra sin pretensiones. El humor funciona porque es, en última instancia, una consecuencia lógica de la situación inusual en la que se encuentran los personajes.
En definitiva, “The Lure” es una película sorprendentemente original y divertida, un festín visual y auditivo que te dejará con una sonrisa en la cara y quizás un poco de miedo en el estómago. Es una película que merece la pena ver, y que, sin duda, se quedará grabada en la memoria del espectador.
Nota: 8/10