The Mafia: Payback (2020)

“La Mafia: Venganza” se presenta como un intento ambicioso de revitalizar el subgénero del thriller de acción con un toque mafioso, y aunque logra ciertos momentos de tensión y espectáculo visual, la película se ve lastrada por un guion que a menudo carece de profundidad y por un ritmo que a veces se siente irregular. Lane Howson, como Lane Howson, entrega una actuación convincente, mostrando una dureza física y una vulnerabilidad palpable que le sirven para sostener el peso emocional de la narrativa. Su personaje se siente real, no un arquetipo genérico del héroe duro, y su evolución a lo largo de la trama, marcada por decisiones difíciles y confrontaciones internas, es, sin duda, el punto más fuerte de la película. Sin embargo, la dirección de Justin Thorne no siempre logra maximizar el potencial de sus actores, y la acción se siente a veces artificial y carente de la crudeza que se esperaría de un entorno tan peligroso.

La película se esfuerza por crear un conflicto interno entre el protagonista y el implacable Ross Weaving, interpretado con una frialdad glacial por parte de Andrew Bellweather. La química entre los dos actores es sólida, y las escenas de enfrentamiento, aunque quizás un poco prolongadas, se ven potenciadas por la tensión dramática. Sin embargo, el guion, escrito por Sarah Jenkins, a menudo recurre a clichés del género y a giros argumentales que, si bien mantienen al espectador enganchado, no aportan una originalidad significativa. La subtrama que involucra al ex aliado, Rocky, es intrigante, pero su desarrollo se siente apresurado y sus motivaciones a veces poco claras. La trama secundaria respecto a la CIA introduce un elemento de intriga internacional, pero también contribuye a un ritmo desigual, alternando escenas de acción frenética con momentos de diálogo superfluos.

Visualmente, “La Mafia: Venganza” es recomendable, con una fotografía cuidada que enfatiza los paisajes desolados y la violencia implícita. Los efectos especiales, aunque no sean innovadores, cumplen su función y sirven para mostrar las consecuencias brutales de las acciones de los personajes. La banda sonora, compuesta por Daniel Reyes, es efectiva para crear ambiente y aumentar la tensión en los momentos clave, aunque a veces se siente un poco predecible. La película sabe explotar la estética del género, con explosiones impactantes y persecuciones de alto octanaje, pero carece de la complejidad narrativa y psicológica que podría haber elevado la experiencia. Es un entretenimiento sólido, pero sin grandes pretensiones y, en última instancia, deja la sensación de haber visto una película más convencional y con menos sustancia de lo que prometía.

Nota: 6/10