The Mexican (2001)

‘The Mexican’ es una película que, a primera vista, podría pasar desapercibida, pero que, al profundizar, revela una historia de violencia, redención y una atmósfera melancólica que la convierte en una experiencia cinematográfica inusual y memorable. Robert Rodriguez, a pesar de su habitual estilo de acción explosiva, ofrece aquí una narrativa más lenta y contemplativa, centrándose en el viaje de Jerry Welbach (Emile Hirsch) a través del árido paisaje mexicano, un viaje que se transforma en un descenso al abismo moral y emocional. La película no se preocupa por glorificar la violencia; en cambio, la presenta como una consecuencia inevitable de un pasado oscuro y una historia familiar condenada.

La dirección de Rodriguez es sutil y efectiva. Utiliza la fotografía de David Krantz, con una paleta de colores apagados y contrastes marcados, para crear una sensación de desolación y peligro constante. La banda sonora, compuesta por Rodrigo y Gabriela, complementa perfectamente la atmósfera, añadiendo capas de melancolía y tensión. El paisaje mexicano no es solo un telón de fondo; se convierte en un personaje más, testigo silencioso de los errores y la desesperación de Jerry. La película se adentra en un territorio visualmente rico, con escenas de acción coreografías con precisión y una sensación palpable de opresión.

Emile Hirsch ofrece una actuación poderosa y, en mi opinión, la columna vertebral de la película. Su interpretación de Jerry Welbach es increíblemente matizada. No es un héroe convencional; es un hombre roto, marcado por las circunstancias, que lucha por mantener su humanidad en un mundo consumido por la violencia. Su evolución, desde un hombre corporativo sin escrúpulos hasta un hombre atormentado por sus acciones, es el corazón de la historia. El reparto de apoyo, incluyendo a Paz de la Huerta como la matriarca mexicana Valentina y Mark Margolis como el despiadado jefe mafioso, también contribuyen a la credibilidad de la narrativa. De la Huerta, en particular, imbuye a su personaje de una fuerza y una dignidad innegables.

El guion, adaptado de la novela de Bolaño, es complejo y deliberadamente ambiguo. Las motivaciones de Jerry son constantemente cuestionadas, y la línea entre el bien y el mal se difumina con cada escena. La trama no se centra en la acción, sino en las consecuencias de las decisiones de Jerry y en la naturaleza cíclica de la violencia. La película explora temas como la corrupción, el honor, la familia y la redención, pero sin ofrecer respuestas fáciles. En lugar de darles al espectador, la película exige que reflexione sobre la moralidad y la responsabilidad. La idea de la maldición que pesa sobre el arma y la conexión con la historia familiar añaden una capa de profundidad y un sentido de fatalismo a la trama, elevando la película más allá de un simple thriller de acción. El final, en particular, es abierto a interpretación y deja al espectador con preguntas más que con respuestas.

Nota: 7/10