The Minus Man (1999)

“The Minus Man” es un thriller psicológico que, si bien no llega a ser una obra maestra, presenta una exploración inquietante y, a veces, profundamente perturbadora de la moralidad, la culpa y el significado de la vida. La película, dirigida por Stuart Cohen, nos presenta a Vann Archer (interpretado con una intensidad magnética por Tom Cruise), un asesino en serie que, sorprendentemente, no actúa por puro sadismo. Su práctica se convierte en una especie de ritual, un intento de "apagar" la vida de personas que considera insignificantes o que han demostrado no merecerla. Esta particular motivación, lejos de ser una simplificación, es el núcleo de una narrativa que se desarrolla con un ritmo lento y deliberado, un factor que puede resultar tanto fascinante como frustrante para el espectador.

La película se centra en la llegada de Doug y Jane, una pareja en crisis matrimonial que buscan la conexión humana y, quizás, un propósito en la vida a través de Vann. Esta relación, forjada a partir de una extraña coincidencia, es el catalizador de la inminente amenaza que se cierne sobre ambos. La dirección de Cohen es notable por su capacidad para construir una atmósfera de tensión constante, utilizando espacios claustrofóbicos, colores apagados y una banda sonora minimalista que intensifica el sentimiento de incomodidad. No hay sobresaltos baratos ni giros argumentales gratuitos; la película depende más de la sutil insinuación y la sugerencia para generar el miedo, y en ese aspecto, lo logra con éxito.

Tom Cruise, como siempre, ofrece una interpretación intensa y comprometida. Su Vann es un personaje complejo y moralmente ambiguo, cuya vulnerabilidad y obsesión son inquietantes. La química entre Cruise y los actores que interpretan a Doug y Jane es genuina, lo que añade profundidad a las dinámicas familiares que se desarrollan a lo largo de la película. Sin embargo, a veces, el enfoque se centra excesivamente en la psicología del protagonista, relegando ligeramente el desarrollo de los personajes secundarios. Doug y Jane, aunque bien interpretados, no llegan a alcanzar su máximo potencial.

El guion, escrito por Stuart Cohen y Peter Benson, es, en general, sólido, aunque presenta algunas inconsistencias en la lógica de sus acciones. La película plantea preguntas filosóficas sobre la vida, la muerte y el valor de la existencia, pero se las ve a veces a oscuras, sin ofrecer respuestas definitivas. La estructura narrativa, a pesar de su lentitud, funciona bien para generar suspense y mantener al espectador enganchado, incluso si la resolución final puede resultar algo abrupta para algunos. La película, en definitiva, es un ejercicio de suspense psicológico que valora la introspección y la reflexión, ofreciendo un retrato perturbador de un hombre que intenta encontrar significado en sus actos más oscuros.

Nota: 7/10