The Nightmare (2015)

“The Nightmare” no es un simple documental de terror; es una experiencia visceral, un viaje psicológico perturbador que se instala en la mente del espectador y no la abandona fácilmente. Director Mark Lewis Bacon ha logrado crear una obra que va más allá del espectáculo de imágenes aterradoras, profundizando en la naturaleza del sueño lúcido, el terror existencial y la fragilidad de la conciencia. El documental, con una duración considerable, no se siente extenso por mera duración, sino que cada minuto contribuye a la construcción de una atmósfera densa y opresiva.

La película se centra en ocho individuos, cada uno con una historia individual y un tipo de parálisis del sueño diferente. Bacon no se limita a presentar sus relatos; los integra de forma fluida en una narrativa que busca comprender la experiencia subjetiva de estar atrapado entre el sueño y la vigilia. Esto implica, por supuesto, un trabajo de investigación riguroso y un profundo respeto por las experiencias de los participantes. La dirección es impecable en la forma en que maneja el contraste entre la claridad de la consciencia y la incapacidad física, creando momentos de pura tensión y angustia. Bacon juega constantemente con el tiempo, utilizando ralentizaciones, superposiciones de imágenes y una banda sonora inquietante para amplificar la sensación de desorientación y pérdida de control.

Las actuaciones son, en su mayoría, sutiles pero extremadamente efectivas. Los participantes se muestran vulnerables y honestos, compartiendo sus miedos y angustias con una profundidad que invita a la empatía. No hay exhibicionismo o sensacionalismo; la fuerza del documental reside en la autenticidad de sus testimonios. Algunos, como el veterano soldado John Davis, ofrecen relatos que son, a la vez, impactantes y profundamente conmovedores, vinculando la parálisis del sueño con traumas pasados. Otros, como la joven Sofía, expresan el miedo primario a lo desconocido, a perder el control y a la nada. La dirección se esfuerza por evitar juzgar las experiencias de los sujetos, presentando sus relatos como interpretaciones personales de un fenómeno complejo.

El guion, por su parte, se basa en la investigación pero también en la capacidad de entrevistar y conectar con estas personas. Bacon no se limita a transcribir sus recuerdos; busca comprender el significado que dan a sus experiencias. Hay momentos en los que el documental se extiende un poco demasiado, con reflexiones filosóficas o análisis académicos que, si bien son interesantes, podrían haber sido condensados. Sin embargo, estos apartados no restan valor al núcleo central de la película: la exploración de la mente humana bajo condiciones extremas. El documental no ofrece respuestas fáciles o soluciones definitivas; más bien, plantea preguntas inquietantes sobre la naturaleza de la realidad, la identidad y el significado de la existencia.

En definitiva, “The Nightmare” es una obra ambiciosa y perturbadora que, a pesar de algunos momentos de exceso reflexivo, logra ofrecer una visión única y profundamente conmovedora del terror más primordial. Es un documental que se queda en la mente mucho después de que los créditos finales hayan pasado.

Nota: 8/10