The Penguin Lessons (2025)

“The Penguin Lessons” es una película que, de forma inesperada y con una sensibilidad conmovedora, nos recuerda que la verdadera sabiduría a menudo se encuentra en los lugares más inesperados. La historia, basada en la memoria de Patrick O’Malley, nos transporta a la Argentina del año 1976, un país en ebullición política y social, y nos presenta a un profesor inglés venido a menos que, de manera fortuita, se encuentra con un grupo de estudiantes problemáticos en una escuela rural. La premisa, la llegada de un pingüino varado en una playa contaminada, parece simple, pero sirve de catalizador para una profunda reflexión sobre la naturaleza humana, la educación y la capacidad de conexión que tenemos los seres humanos.

La película, dirigida por Sebastián Lelio, evoca un tono melancólico y reflexivo que se integra perfectamente con el ambiente de la Argentina de esa época. No se trata de un drama político, sino de una intimidad en la que se exploran las dificultades de la comunicación, la pérdida de la inocencia y la búsqueda de significado. Lelio, conocido por su trabajo en dramas íntimos y emotivos como "Noisferatu" o "Una Mujer Fuerte", maneja con maestría la tensión y el ritmo, construyendo un relato pausado pero profundamente impactante. La fotografía, con sus colores apagados y ambientes rurales, crea una atmósfera de quietud y resignación que contrasta con la energía desbordante de la juventud argentina.

Las actuaciones son soberanas. Colin Farrell, en el papel de Tom, transmite la frustración, la vulnerabilidad y la creciente esperanza del protagonista con una naturalidad admirable. Su evolución, desde un hombre desmotivado hasta un individuo capaz de ver el mundo con nuevos ojos gracias a la influencia del pingüino, es el corazón de la película. También destaca la interpretación de los jóvenes estudiantes, cada uno con sus propios problemas y miedos, que capturan con crudeza la angustia de una generación atrapada en medio de un conflicto. Los cameos de actores argentinos, como Ricardo Darín, añaden una dimensión local y cultural al relato, enriqueciendo la experiencia visual y emocional.

El guion, adaptado de la memoria de O’Malley, se centra en la paradoja de que, para enseñar a los niños a navegar las complejidades de la vida, el profesor debe primero aprender a navegar sus propias inseguridades. Las "lecciones de pingüino", es decir, las observaciones y reflexiones que Tom hace sobre el comportamiento del animal, se convierten en un alegato sutil y elegante sobre la importancia de la paciencia, la observación y la conexión con el mundo que nos rodea. La película no ofrece soluciones fáciles ni finales felices; en cambio, nos invita a contemplar la belleza y la complejidad de la vida, y a valorar la importancia de los pequeños gestos de bondad y comprensión.

“The Penguin Lessons” no es una película para todos los gustos. Su ritmo pausado y su tono melancólico pueden resultar lentos para algunos espectadores. Sin embargo, aquellos que se permitan dejarse llevar por su atmósfera y su mensaje, descubrirán una experiencia cinematográfica conmovedora y profundamente enriquecedora. Es una película que permanece en la memoria, como una lección de vida aprendida de un pingüino y un hombre que supo escuchar sus silenciosas enseñanzas.

Nota: 8/10