The Poison Rose (2019)

“The Poison Rose” no es una película que impacte por su originalidad o complejidad narrativa, pero sí, sin duda, por la angustia palpable que emana de cada fotograma. La trama, centrada en el ex-futbolista Carson Phillips, que se ha reinventado como policía, se mantiene dentro de los límites del thriller policial convencional, pero lo compensa con una atmósfera densa y una ejecución que logra mantener al espectador al borde de su asiento. La historia, centrada en una serie de desapariciones, rápidamente se complica con la revelación de que la hija de Carson, Sarah, podría estar involucrada, lo que desencadena una carrera contra el tiempo y una desesperada búsqueda de la verdad.

La dirección de Steven Conrad se distingue por su enfoque en el personaje y el estado emocional de Carson. Conrad evita la glorificación del héroe deportivo, presentando a un hombre atormentado por su pasado y el peso de su nueva responsabilidad. La película no se basa en explosiones de acción o persecuciones frenéticas, sino en un ritmo pausado y deliberado que permite que la tensión se acumule gradualmente. Esta elección estilística, aunque pueda frustrar a aquellos que buscan un thriller más dinámico, contribuye a la sensación de claustrofobia y desasosiego que caracteriza la película. La cinematografía, oscura y sobria, enfatiza el aislamiento de Carson y su lucha interna, creando un ambiente visual que se alinea perfectamente con la trama.

La actuación de Jake Gyllenhaal es, sin duda, el punto más fuerte de “The Poison Rose”. Gyllenhaal ofrece una interpretación magistral, transmitiendo a la perfección la desesperación, el miedo y la incertidumbre de Carson. Su mirada, a menudo vacía, refleja el conflicto interno que lo consume. La relación entre Carson y su hija es el corazón de la película, y la química entre Gyllenhaal y la joven actriz, (aunque no se revela su nombre en la crítica) es palpable y conmovedora. El resto del reparto cumple su función, pero el peso de la narrativa recae principalmente sobre la figura de Gyllenhaal.

El guion, escrito por Conrad y Gyllenhaal, se distingue por su ambigüedad y sus giros argumentales. La película plantea preguntas sobre la naturaleza del mal, la responsabilidad familiar y la posibilidad de redención. Sin embargo, también se muestra consciente de sus propias limitaciones y no ofrece respuestas fáciles. Algunos de los diálogos son sorprendentemente sutiles y sugerentes, mientras que otros pueden parecer algo forzados. El ritmo del guion puede ser un punto débil para algunos espectadores, ya que algunas escenas se prolongan innecesariamente. La película se beneficia de una banda sonora evocadora que refuerza la atmósfera de suspense y melancolía.

En definitiva, “The Poison Rose” es una película inquietante y reflexiva, que no se queda en la superficie. Aunque carece de brillantez innovadora, su atmósfera opresiva, la actuación destacable de Jake Gyllenhaal y la ambigüedad del guion la convierten en una experiencia cinematográfica memorable. Es un thriller que se queda con el espectador mucho después de que los créditos finales hayan rodado.

Nota: 7/10