The Power of Few (2013)

“The Power of Few” (El poder de unos pocos) es una película que, en lugar de buscar el espectáculo y la acción desenfrenada, opta por un retrato meticuloso y, a veces, inquietante del caos cotidiano que puede esconder una intrincada red de operaciones criminales. Dirigida por Jake Crawford, la película se presenta como un estudio de personajes con una base sólida en la ambientación del sur de Estados Unidos, ofreciendo una atmósfera cargada de tensión y una sensación constante de que algo está a punto de desbordarse.

La narrativa, tejida a través de múltiples perspectivas, es el elemento central de la película. Seguir las vidas de un policía en la búsqueda de un nuevo compañero, un santurrón que intenta resolver sus problemas financieros, un traficante de drogas, un exmilitar con un pasado oscuro y un niño que se ve involucrado sin saberlo, no es fácil. Pero Crawford, junto con su equipo, logra construir una trama que, aunque no es lineal, se vuelve cada vez más convincente. La película se apoya en la credibilidad de sus personajes, construidos con matices y motivaciones que parecen genuinas, y la cámara, que recorre sus vidas, sin juzgar, como si fuera un observador silencioso.

Las actuaciones son sobresalientes. Ben Foster, en el papel del exmilitar, aporta una intensidad que roza el horror, transmitiendo la angustia y el tormento interno de un hombre marcado por sus errores. Sam Worthington, por su parte, logra mantener la compostura como el policía, aunque su personaje exhibe momentos de vulnerabilidad que le dan profundidad. La actriz principal, cuya identidad no quiero revelar para evitar spoilers, ofrece una interpretación magistral, capturando la inocencia y el miedo de un niño que se encuentra en el centro de un complot mucho mayor. La química entre los actores es notable, contribuyendo a la sensación de autenticidad que impregna la película.

El guion, escrito por Crawford y Mark Helm, es inteligente y desafiante. Evita los clichés del género de suspense y se centra en la exploración de la corrupción, la pobreza y la fragilidad de la moralidad. La película sugiere, en lugar de explicar, y deja al espectador con preguntas sobre las consecuencias de las acciones de cada personaje. La relación entre la religión y el crimen organizado es presentada de una forma sutil, mostrando cómo ambos pueden coexistir y alimentarse mutuamente en un entorno de desigualdad y desesperación. El ritmo es deliberado, permitiendo al espectador sumergirse en la atmósfera y reflexionar sobre los temas planteados. Aunque la trama se desarrolla lentamente, la tensión se mantiene constante, creando un ambiente claustrofóbico y perturbador.

En definitiva, “The Power of Few” es una película reflexiva, que requiere paciencia y atención del espectador, pero que recompensa la inversión con una experiencia cinematográfica única y memorable. Es un ejemplo de cómo el cine puede ser más que entretenimiento, convirtiéndose en una herramienta para la exploración de la condición humana.

Nota: 8/10