The Purge: La noche de las bestias (2013)

“The Purge: La Noche de las Bestias” no es simplemente otra entrega de la saga ‘The Purge’; es una escalada de la violencia que, a pesar de sus evidentes virtudes de entretenimiento, deja un sabor agridulce en la boca. La película, dirigida nuevamente por Gerard Petty, se adentra en un territorio moralmente turbio, explorando los límites de la supervivencia y la naturaleza humana en un contexto distópico brutalmente realista. La premisa, una noche anual dedicada a la anarquía legal, sigue siendo la base, pero esta vez se presenta con una crudeza y un detalle gráfico que elevan la experiencia a un nivel más visceral.

La dirección de Petty se beneficia de un ritmo implacable. La película se centra en la familia Sandin, encabezada por James, interpretado con una tensión palpable por Jacob Koskrow, quien transmite la desesperación y el miedo que experimenta al intentar proteger a su familia. El resto del elenco, incluyendo a Ana de Armas como María y Luna Grey como Zoey, también contribuyen con interpretaciones sólidas, aunque la dinámica familiar, aunque tensa, podría haberse desarrollado con mayor profundidad. La película se gasta demasiado en mostrar la violencia, a veces a expensas de la construcción de personajes, reduciendo a menudo a los individuos a meros peones en un juego de supervivencia. La actuación de Luna Grey, en particular, es efectiva, mostrando el terror y la vulnerabilidad de una niña en un mundo donde la ley no es refugio.

El guion, escrito por James DeMartino y Corey Holloway, si bien es eficiente para generar suspense y momentos de acción, a veces se siente predecible. Las situaciones que se plantean, aunque inicialmente impactantes, recurren a clichés del género de terror y ciencia ficción. Sin embargo, la película se destaca por su atención al detalle en la creación del universo distópico, mostrando las ramificaciones sociales y económicas de la Purga, la desigualdad extrema y la corrupción imperante. Se dibuja un retrato sombrío de una sociedad al borde del colapso, donde la violencia es una forma de vida y la justicia es una ilusión. La película no se limita a mostrar la violencia como espectáculos, sino que explora las motivaciones detrás de ella y las consecuencias devastadoras que tiene en la psique de sus personajes. El uso del sonido y la música, especialmente en las escenas más aterradoras, es crucial para la inmersión en el terror.

A pesar de sus fallas en el desarrollo de personajes y un guion que a veces cae en la fórmula, “The Purge: La Noche de las Bestias” logra mantener al espectador enganchado gracias a su atmósfera opresiva, sus secuencias de acción coreografiadas de forma impecable y su exploración de la ética en un mundo donde la moralidad se ha difuminado. La película es un espejo oscuro de las tendencias sociales, un recordatorio inquietante de cómo la desesperación y la desesperanza pueden llevar a la violencia desenfrenada. Es una experiencia cinematográfica perturbadora pero, a su manera, necesaria.

Nota: 7/10