The Sapphires (2012)

“The Sapphires” no es simplemente una película musical; es un homenaje conmovedor y, a veces, dolorosamente real a la rica tradición musical aborigen australiana, envuelta en el contexto turbulento de la Guerra de Vietnam. La película, dirigida con sensibilidad por Wayne McGregor y Catriona McKenzie, nos transporta a 1968, en una Australia marcada por la discriminación racial y las tensiones de una guerra lejana, pero con resonancia palpable en las vidas de sus habitantes. La historia se centra en cuatro jóvenes mujeres, pertenecientes a la comunidad Kalari, que descubren un talento excepcional para el soul y el blues, y deciden utilizarlo para animar a los soldados estadounidenses en el frente de batalla.

La película sobresale por las actuaciones, en especial la de Deborah Mailman como Ismare, la matriarca de la familia que se aferra a las tradiciones y al poder de la música. Mailman ofrece una interpretación llena de matices, equilibrando la sabiduría ancestral con una vulnerabilidad conmovedora. Jessica Mauboy, como Dapney, la líder vocal, brilla con una potencia y una expresividad que la convierten en el corazón de la banda. Chris O’Dowd, en un papel que quizás no es el más desafiante de su carrera, aporta un contrapunto cómico y una inesperada ternura al personaje de Bubba, un hombre blanco con un profundo respeto por la cultura aborigen. Sin embargo, es el trabajo de Shari Sebbens como Matilda, la amiga de la infancia de Dapney, quien realmente completa el cuadro, aportando una vitalidad y un humor seco que actúan como un ancla emocional a la historia. Su evolución a lo largo de la película es especialmente notable.

El guion, adaptado de la obra teatral homónima, se mantiene fluido y, aunque en ciertos momentos se adentra en elementos sentimentales que podrían resultar algo clichidos, en su mayoría logra transmitir con eficacia las tensiones raciales y las barreras culturales de la época. La película no rehúye la brutalidad de la guerra, mostrándola a través de los ojos de los soldados, pero también subraya la importancia de la música como herramienta de conexión y esperanza. La banda sonora, compuesta por algunas canciones originales y reinterpretaciones de clásicos del soul, es, obviamente, un elemento fundamental y contribuye en gran medida al éxito de la película. La elección musical es impecable y refuerza la autenticidad de la experiencia musical aborigen.

Lo que realmente distingue a “The Sapphires” es su capacidad para evocar un sentido de comunidad y orgullo cultural. No es solo una historia de cuatro chicas cantando en el frente de batalla; es un relato sobre la fuerza de la tradición, la importancia de la amistad y la búsqueda de una voz propia en un mundo que a menudo intenta silenciarla. Aunque la trama tiene momentos predecibles, la película logra generar una conexión emocional genuina con el espectador, recordándonos que la música tiene el poder de trascender las diferencias y unir a las personas.

Nota: 7.5/10