The Score (Un golpe maestro) (2001)

“The Score (Un golpe maestro)” es, en su esencia, un estudio de personajes sobre la obsesión, la amistad y las consecuencias de un pasado que se niega a ser enterrado. Francis Ford Coppola nos entrega una película cargada de atmósfera, música y, sobre todo, un ritmo implacable que, a pesar de su longitud, nunca se convierte en tediosa. La película no se preocupa por glorificar el crimen; en cambio, explora las motivaciones detrás de las decisiones de sus protagonistas, revelando las heridas emocionales y la necesidad de control que los impulsan a seguir adelante con sus planes.

Robert De Niro, como Nick Wells, ofrece una actuación magistral. Su personaje, un hombre consumido por su pasado y su talento para el engaño, es tremendamente complejo. Coppola logra que el espectador se ponga en su lugar, entendiendo, aunque no necesariamente justificando, sus acciones. La química entre De Niro y Marlon Brando, en el papel de Max, es palpable y fundamental para el desarrollo de la trama. Brando, con su voz grave y su presencia imponente, aporta una intensidad inigualable, un carisma peligroso que se erige como la contraparte de la sofisticación robada de Nick. La interacción entre ambos es un diálogo silencioso, una danza de poder y necesidad que se entrelaza con la historia principal.

Edward Norton, como Jackie Teller, proporciona un contrapunto interesante al resto del elenco. Su juventud y su brutalidad contrastan con la experiencia y el cinismo de Nick y Max, aunque su papel, aunque crucial en la ejecución del plan, es a veces un poco menos desarrollado que el de sus compañeros de banda. Sin embargo, Norton consigue transmitir una agresividad visceral y una vulnerabilidad oculta, lo que le permite dar una interpretación convincente de un joven impulsado por la ambición y la rabia.

La dirección de Coppola es, como suele ser habitual en su obra, impecable. La película se construye lentamente, con una meticulosidad que se refleja tanto en la planificación del robo como en la presentación de los personajes. El uso de la música jazz es esencial, no solo como banda sonora, sino como elemento narrativo que refleja el estado de ánimo de los personajes y la tensión de la situación. La fotografía de Michael Chapman es deslumbrante, con una paleta de colores apagados y un uso magistral de la luz y la sombra que contribuyen a la atmósfera claustrofóbica y de peligro constante. Coppola utiliza la música y la imagen para crear una experiencia cinematográfica inmersiva, casi como un sueño surrealista de intriga y decepción.

A pesar de algunas escenas largas y un ritmo que puede sentirse pausado para algunos espectadores modernos, “The Score” es una película que merece la pena ver. Es un drama criminal sofisticado, una meditación sobre la amistad, el deseo y la pérdida, y una obra maestra visual del cine de Coppola. La película se resiste a ofrecer soluciones fáciles ni a justificar los actos de sus personajes, dejando al espectador con la sensación de que, en última instancia, todos son víctimas de sus propias decisiones.

Nota: 8/10