The Sex Trip (2017)

“The Sex Trip” es una película que te golpea con una fuerza inesperada, no por su espectacularidad visual o efectos especiales –son bastante modestos, en realidad–, sino por la valentía de su premisa y la sutil pero poderosa exploración de la identidad. La película, dirigida con un tono inquietante y a veces humorístico por David Ellis, se centra en la historia de Louis Mandylor como Richard Ramsey, un playboy engreído que, tras un encuentro casual y fatal con una mujer sin hogar, se despierta en un cuerpo femenino. La premisa, por sí sola, es un punto de partida bastante audaz, pero es la forma en que Ellis la desarrolla lo que la eleva a algo verdaderamente memorable.

La dirección de Ellis no se centra en el sensacionalismo. En lugar de recurrir a imágenes gratuitas o a una exagerada estética de horror, opta por un ritmo pausado, permitiendo que la confusión y la angustia de Jade (Natasha Blasick) se transmitan de manera palpable. La película se toma su tiempo para construir la tensión, mostrando a Jade luchando por entender su nueva realidad, tratando de encontrar respuestas y, sobre todo, tratando de recuperar su vida perdida. La atmósfera es densa y cargada de incertidumbre, y esto contribuye significativamente a la experiencia del espectador. La fotografía, aunque no llamativa, es funcional, empleando la luz y la sombra para acentuar la sensación de alienación y desorientación.

Las actuaciones son, en su conjunto, sobresalientes. Natasha Blasick, en el papel de Jade, ofrece una interpretación compleja y conmovedora. Transmite con eficacia la vulnerabilidad, la frustración y la desesperación de una mujer atrapada en un cuerpo ajeno. Louis Mandylor, por otro lado, entrega una interpretación magistralmente contenida, evitando caer en la caricatura y dotando al personaje de una humanidad que invita a la empatía. Rebecca Grant aporta un aire de misterio y un toque de peligro a su breve pero memorable aparición. Se intuye un trasfondo oculto en su personaje, lo que añade una capa de intriga a la narrativa. La química entre Mandylor y Blasick es notable, y su interacción es el corazón emocional de la película.

Si bien el guion puede a veces sentirse un poco forzado y recurrir a clichés del género, especialmente en los momentos más fantásticos, la película logra mantener un buen nivel de coherencia. La exploración de la identidad, la percepción de uno mismo y las consecuencias de nuestras acciones son temas universales que resuenan con el espectador. “The Sex Trip” no es una comedia desenfadada ni un thriller lleno de acción. Es, en cambio, una película reflexiva y perturbadora que te obliga a cuestionar tus propias convicciones. Una pequeña joya que se queda contigo mucho después de que los créditos finales hayan comenzado a rodar, ofreciendo una perspectiva nueva sobre lo que significa ser uno mismo.

Nota: 7/10