The Souvenir: Part II (2021)

Joanna Hogg ha regresado con una obra que, más que un drama romántico, se instala como un estudio psicológico profundo y perturbador: ‘The Souvenir Part II’. La película no es una simple re-contaminación del primer amor, sino una disección meticulosa de la memoria y la fantasía, un acto de reconstrucción personal en el que Anna (Holli Marie Hunter) se enfrenta a la sombra de su mentor, James (Paul Russell), y a la figura fantasmal de su padre, Conrad (Peter Forster), ahora completamente ausente. Hogg, en su segunda incursión en la memoria, demuestra una maestría artística que oscila entre la delicadeza y la angustia, creando una atmósfera palpable de vulnerabilidad y distorsión.

La dirección de Hogg es, como siempre, sutil pero poderosa. No recurre a espectáculos visuales grandilocuentes, sino que se enfoca en los pequeños detalles: las miradas, los gestos, la iluminación que enfatiza la tensión entre lo real y lo inventado. El uso del blanco y negro, a diferencia de la primera parte, sirve para intensificar la sensación de que estamos entrando en la mente de una joven experimentando una tormenta interna. La película explora la complejidad del afecto infantil, la búsqueda de identidad y la fragilidad de la memoria, elementos que se entrelazan de forma inquietante. La relación entre Anna y James no se presenta como un simple romance; es una dinámica de poder, una manipulación psicológica disfrazada de admiración artística. Russell, en particular, ofrece una actuación sutil y enigmática, transmitiendo la arrogancia y la inseguridad de un hombre que se alimenta de la idealización de la joven.

Holli Marie Hunter, en el papel de una Anna ya en la adultez, ofrece una actuación igualmente convincente. La tensión que emana de sus ojos es palpable, la constante lucha entre la necesidad de comprender y la incapacidad de aceptar la verdad. El guion de Hogg, coescrito con Émilie du Bois, es la columna vertebral de la película. Logra entretejer la historia personal de Anna con las preocupaciones políticas y sociales de la época, sin que esto se sienta como un añadido. La película, en su tratamiento de los años 80, evoca tanto la libertad creativa como las limitaciones impuestas por las convenciones sociales. El tema de la soledad y la búsqueda de conexión humana, a pesar de las aparentes apariencias, resuena con una fuerza inquietante.

‘The Souvenir Part II’ no ofrece respuestas fáciles. Se trata de una película que invita a la reflexión sobre el poder del pasado, la construcción de la identidad y la naturaleza ilusoria de la memoria. Es una obra que, más allá de su contenido emocional, destaca por su impecable ejecución técnica y la profundidad de su análisis psicológico. No es una película fácil de ver, pero sí es una de las más memorables e impactantes del año. Una experiencia cinematográfica que se quedará con el espectador mucho después de que la pantalla se haya apagado.

Nota: 8.5/10