The Staggering Girl (2019)

“The Staggering Girl” es una película que se entrega al espectador como un secreto susurrado en la oscuridad. No es una experiencia cinematográfica de alto octanaje, ni busca emocionar con efectos especiales grandilocuentes. En cambio, se construye sobre la base frágil y potente de las relaciones familiares, la memoria y la carga del pasado. La dirección de Marco Bellocchio, conocido por su mirada crítica y sus narraciones profundamente personales, se manifiesta en una filmación cuidada, con planos largos que respiran y un uso del espacio interior –el apartamento de Francesca– que amplifica la sensación de encierro emocional.

La protagonista, interpretada con una sutileza exquisita por Alba Rohrwacher, se presenta como una mujer en un estado de constante incomodidad. Su mirada, a menudo perdida en el horizonte, transmite una profunda melancolía. Rohrwacher no recurre a grandilocuencias, sino a una expresión facial delicada y precisa que revela la complejidad del personaje, su lucha por reconciliarse con su pasado y su deseo de un nuevo comienzo. La película se centra en la relación entre Francesca y su madre, Luisa, una mujer en la vejez, atormentada por sus propios errores y secretos. El conflicto no es un enfrentamiento abierto y explosivo, sino una acumulación de silencios, miradas evitadas y momentos cargados de tensión no dicha. La dirección artística consigue plasmar la relación a través de gestos pequeños pero significativos: el uso del color, la fotografía en tonos apagados que evocan la nostalgia, los objetos que habitan el apartamento –un viejo piano, un álbum de fotos– que funcionan como catalizadores de la memoria.

El guion, escrito por Bellocchio y Rohrwacher, es notable por su capacidad para sugerir más de lo que muestra. No hay explicaciones fáciles, ni momentos de drama exagerado. La narrativa se construye a través de flashbacks, fragmentos de recuerdos que se entremezclan con la realidad presente, creando una atmósfera onírica y perturbadora. El ritmo de la película es deliberadamente pausado, lo que permite al espectador sumergirse en la mente de Francesca y adentrarse en el laberinto de sus recuerdos. El tema central, la búsqueda de la identidad y la reconciliación con el pasado, es tratado con sensibilidad y honestidad. La película no ofrece respuestas definitivas, sino que plantea preguntas inquietantes sobre la naturaleza de la familia, la responsabilidad y el peso del tiempo.

La película, sin duda, no es para todos los gustos. Requiere paciencia y una disposición a dejarse llevar por la ambigüedad. Sin embargo, para aquellos que aprecien el cine reflexivo y emocionalmente resonante, “The Staggering Girl” es una obra que permanece en la memoria mucho después de que los créditos finales se hayan deslizado. Es un retrato íntimo y conmovedor de la condición humana, y una demostración del talento de Marco Bellocchio para contar historias complejas y perspicaces. Es un recordatorio poderoso de que el pasado nunca está realmente muerto, y que a veces, el viaje de regreso a casa es el más difícil de todos.

Nota: 8/10