“The Trouble with Bliss” no es una película que te impacta con una explosión visual o un drama épico. Es, en cambio, un retrato sutil y, a veces, incómodo de la frustración y el estancamiento personal. La película de primera de la directora Sophie Townsend está centrada en Morris Bliss (interpretado con una impresionante delicadeza por Kyle Chandler), un hombre de 35 años atrapado en la rutina gris de Nueva York, una ciudad que le ofrece tanto oportunidades como la sensación constante de no poder alcanzarlo todo. Chandler ofrece una actuación soberbia; su interpretación de un hombre que se niega a abrirse, pero que, sin saberlo, se está deshaciendo por dentro, es simplemente magistral. No hay grandilocuencia, solo una honestidad brutal en la presentación de su desesperación y su lucha interna. El actor transmite con una maestría silenciosa la inmovilidad emocional de Morris, su auto-imposición de una existencia cómoda, aunque vacía.
La película se construye lentamente, permitiendo que el espectador se sumerja en la vida monótona de Morris, a través de escenas que, aunque aparentemente ordinarias, están cargadas de significado. La dirección de Sophie Townsend es precisa y minimalista. Se enfoca en los pequeños detalles, en las miradas, en el silencio, en los gestos que revelan la realidad emocional del personaje. El uso de la luz y la sombra, por ejemplo, refuerza la atmósfera de melancolía y opresión que impregna la película. No hay efectos especiales deslumbrantes ni cambios bruscos de ritmo; la película es un ejercicio de paciencia y observación, y se recompensa con una comprensión profunda de la psicología de su protagonista.
El guion, coescrito por Townsend y Ben Renfro, destaca por su naturalidad y su capacidad para retratar las relaciones humanas con autenticidad. La relación de Morris con Stephanie (played by Sydney Sweeney), la hija de un antiguo compañero de clase, no es un romance convencional. Es un encuentro inesperado, lleno de incomodidad y de la búsqueda de una conexión humana que Morris necesita desesperadamente. La química entre los actores es palpable, y las escenas que comparten están repletas de tensión, humor y momentos de vulnerabilidad. Sin embargo, la película no cae en clichés románticos; la relación se presenta como una oportunidad para el crecimiento personal de ambos personajes, más que como la solución a la soledad de Morris.
La película no ofrece respuestas fáciles ni finales felices. Es un recordatorio de que a veces, el mayor desafío no es encontrar un camino, sino decidir abrirse a él. “The Trouble with Bliss” es una película introspectiva y reflexiva, que invita al espectador a examinar sus propios deseos, miedos y la dificultad de romper con el pasado. Es un trabajo ambicioso que, aunque no sea para todos los gustos, merece ser visto y discutido. Es un estudio sobre el estancamiento y la esperanza, donde la belleza reside en la honestidad de su retrato de la complejidad humana.
Nota: 7.5/10