The Unknown Country (2023)

“The Unknown Country” no es una película que te agarra por la fuerza, sino que te invita a un viaje introspectivo, a una meditación visual y emocional que requiere paciencia y disposición al silencio. La dirección de Brady Corcoran es notablemente sutil, dejando que el paisaje montañoso de Montana, con su imponente belleza y su inmensidad implacable, sea el verdadero protagonista. No es un recurso estilístico, sino un reflejo perfecto del estado anímico de la protagonista, Lily Gladstone, una mujer devastada por una pérdida reciente que la ha sumido en una profunda tristeza. Corcoran logra transmitir esa sensación de vacío, de desconexión, con una delicadeza y una autenticidad que son pocas veces vistas en el cine moderno.

La actuación de Lily Gladstone es, sin duda, el corazón de la película. Su interpretación es excepcionalmente sutil y poderosa, evitando cualquier melodrama o sentimentalismo excesivo. Gladstone logra comunicar la profundidad de su dolor con apenas una mirada, con una postura, con un ligero movimiento de las manos. La transformación que experimenta a lo largo de la película es silenciosa pero tangible, marcada por la aceptación y, quizás, por una tenue esperanza. La compañía que la acompaña, interpretada por Raymond Lee, Jasmine Bearkiller Shangreaux y Richard Ray Whitman, no se limita a ser un simple telón de fondo; cada uno de ellos aporta una capa de complejidad al viaje de Lily, representando diferentes perspectivas y experiencias que le ayudan a confrontar su pérdida.

El guion, escrito por Brady Corcoran y Julia Holter, es probablemente el aspecto más controvertido de la película. No busca respuestas fáciles ni soluciones definitivas al duelo. En cambio, se centra en el proceso de exploración y en la importancia de la conexión con la naturaleza como catalizador para la sanación. Las conversaciones entre los personajes son a menudo largas y fragmentadas, reflejando la dificultad de expresar y comprender el dolor. Sin embargo, esta falta de claridad no es una debilidad, sino una elección deliberada que busca capturar la complejidad de la experiencia humana. La banda sonora, integrada de manera orgánica en la narrativa, contribuye a crear una atmósfera de quietud y contemplación.

Es una película que exige un compromiso por parte del espectador. No es una película para todos los públicos, ni para aquellos que buscan entretenimiento rápido y explosivo. Sin embargo, para aquellos que disfrutan de las películas contemplativas, que exploran temas profundos y que valoran la belleza visual y la honestidad emocional, "The Unknown Country" es una experiencia cinematográfica memorable. La película no ofrece respuestas, simplemente invita a la reflexión sobre el duelo, la identidad y el significado de la vida.

Nota: 7/10