The Way Back (2020)

“The Way Back” no es, sin duda, una película que llega con la pompa de una gran producción independiente. Se presenta como un drama deportivo con toques de redención, pero en realidad, se revela como una historia profundamente humana y, sorprendentemente, conmovedora. Esta película, dirigida por Derek Strong, se centra en Jack (Kyle Chandler), un antiguo jugador de baloncesto profesional consumido por el alcoholismo y la frustración tras una carrera desastrosa. Desplazado a un pequeño pueblo de Iowa, Jack acepta un trabajo como entrenador de un equipo de instituto, el “Eastbrook”, un grupo de jóvenes con un montón de problemas, tanto deportivos como personales.

Lo que inicialmente podría parecer un cliché del melodrama deportivo, gracias a la dirección de Strong, adquiere una cualidad inesperada. La película se centra no tanto en la acción del baloncesto – aunque hay momentos interesantes de juego, siempre desde una perspectiva realista y sin caer en excesos de espectacularidad – sino en el proceso de Jack para reconectar consigo mismo y con los jóvenes que intenta guiar. Chandler ofrece una actuación magnífica, transmitiendo la carga emocional de Jack con una sutileza impresionante. No se trata de un personaje heroico o con un pasado glorioso; Jack es un hombre roto, vulnerable y profundamente en conflicto, y Chandler representa esa fragilidad con creíble honestidad. Las actuaciones de los jóvenes del equipo, liderados por los jóvenes actores, son igualmente destacadas. Cada uno posee un arco de desarrollo individual, y la película se toma el tiempo necesario para explorar sus motivaciones y dificultades.

El guion, aunque no complejo en términos narrativos, si destaca por su autenticidad. Se evita la moralización fácil y se permite que los personajes evolucionen de manera orgánica. La película aborda temas como la adicción, el trauma familiar, el perdón y la importancia de la comunidad con sensibilidad y respeto. Se percibe que el guion se basa en observaciones reales y en el interés por las dificultades que enfrentan los jóvenes en la sociedad actual. No se intenta justificar las acciones de Jack, pero sí se entiende su desesperación y su anhelo de redención. La ambientación, con su encanto rural y su atmósfera cálida, contribuye a la atmósfera emotiva de la película. Los diálogos son naturales y el ritmo, en general, es pausado, lo que permite que las emociones del espectador se desarrollen plenamente.

Si bien la película podría haber beneficiado de un desarrollo más profundo de algunos personajes secundarios y una mayor exploración de la historia familiar de Jack, en última instancia, “The Way Back” es una historia de esperanza y redención que resuena por su sinceridad y por la capacidad de conectar con lo esencial de la experiencia humana. No es una película que te haga gritar, pero sí te hace reflexionar y sentirte conmovido. Es un pequeño triunfo cinematográfico que celebra la importancia de la conexión humana y el poder de la segunda oportunidad.

Nota: 7.5/10