The Wolfpack (2015)

“The Wolfpack” no es una película que te deja indiferente, aunque tampoco pretende serlo. Es un experimento cinematográfico, una declaración de intenciones sobre la relación entre la infancia, la inmersión en el arte y la necesidad de conexión humana. Dirigida por Chip Vinson, la película se sumerge en la vida de los hermanos Angulo, criados en un apartamento del Lower East Side de Manhattan, aislados del mundo exterior y alimentados, principalmente, por el cine. La premisa, la de un niño que se refugia en el cine para comprender el mundo, ya ha sido explorada, pero Vinson la ejecuta con una sensibilidad y una honestidad que la hacen particularmente conmovedora.

La dirección de Vinson es precisa y minimalista. Evita la sentimentalidad excesiva, optando por un enfoque documental que se siente, en gran medida, como un registro en directo. La cámara a menudo se limita a seguir a los hermanos, capturando sus movimientos y expresiones sin intrusiones. Esta elección estilística, aunque podría resultar monótona para algunos espectadores, refuerza la atmósfera de aislamiento y la sensación de que estamos observando un mundo real, aunque distorsionado por la fantasía cinematográfica. La fotografía es discreta, destacando los colores apagados del apartamento y la luz natural que ilumina los espacios exteriores cuando los hermanos finalmente salen al mundo.

Las actuaciones son el corazón de la película. El trío de hermanos, Elijah, Nathaniel y Marcus Angulo, ofrecen interpretaciones increíblemente convincentes. Su credibilidad es innegable, y es imposible no conectar con su desesperación por escapar de la monotonía y el aburrimiento de su vida. La química entre ellos es palpable, y sus interacciones, aunque a veces incómodas y tensas, transmiten la complejidad de la familia. La presencia de su madre, una mujer vulnerable y a veces frustrada, también se siente real y se siente que su necesidad de conectar con sus hijos es genuina. Se notan las dificultades de una madre que intenta, con recursos limitados, ofrecer a sus hijos un mundo que no comprende.

El guion, escrito por Vinson y los hermanos Angulo, es lo que más me ha llamado la atención. No es un guion tradicional, sino más bien una serie de escenas que, en conjunto, narran la evolución de los hermanos y su relación con el cine. La película no ofrece respuestas fáciles ni un final feliz. La cuestión de la alienación, la búsqueda de identidad y el impacto de la fantasía en la vida real son los temas centrales, y la película los aborda con sutileza y ambigüedad. La transición del apartamento a la realidad, aunque representada de forma gradual, es el punto culminante del relato. La película no glorifica la huida del mundo, sino que la presenta como una consecuencia inevitable de una vida sin conexión, sin propósito y sin oportunidades. Es una historia sobre la necesidad humana de pertenencia, incluso si esa pertenencia se encuentra en una ilusión.

En definitiva, “The Wolfpack” es una película diferente, que requiere paciencia y una mente abierta. No es un entretenimiento convencional, pero es una experiencia cinematográfica valiosa, que te hará reflexionar sobre la naturaleza de la realidad y el poder del cine.

Nota: 7/10