They Talk (2021)

“They Talk” no es una película de terror visceral, ni un evento cataclísmico que te deje sin aliento. Es, en cambio, un ejercicio inquietante y, a la vez, pausado, que se enfoca en la atmósfera y el horror psicológico. La película, dirigida por Mike Flanagan –conocido por su maestría en el género fantástico con toques de drama– construye un relato sobre la pérdida, el trauma y la persistencia del pasado, utilizando el elemento paranormal como catalizador de una profunda angustia. La trama central, con un ingeniero de sonido que accidentalmente captura voces fantasmales, parece sencilla al principio, pero rápidamente se convierte en una red de sospechas y temores. El sonido, elemento clave en la profesión de Alex (Robert Aramayo), se transforma en un arma de doble filo: una ventana a lo desconocido y una fuente de horror que va consumiendo a sus personajes.

El guion de Flanagan y del esposo de la misma, Christopher Cantwell, es brillante en su sutileza. Evita los clichés del género y se centra en la construcción gradual de la tensión. Las voces que invaden la casa son lo suficientemente inquietantes como para generar inquietud, pero no gratuitas, sino que están intrínsecamente ligadas a los traumas emocionales de los personajes. La película no busca explicaciones lógicas para los fenómenos paranormales, sino que se permite explorar la ambigüedad y la sensación de que hay fuerzas más allá de nuestra comprensión que operan en el mundo. La idea de que Amanda (Kate Siegel), una mujer que ha estado en coma durante años, podría ser la causa de los sucesos, es perturbadora no solo por la premisa en sí, sino por la forma en que Flanagan la desarrolla. La interpretación de Siegel es excepcionalmente poderosa, transmitiendo la fragilidad, la confusión y el miedo de una mujer que lucha por recuperar la memoria y, al hacerlo, amenaza con desatar un mal ancestral.

La dirección de Flanagan es impecable, empleando la cámara de manera efectiva para intensificar la sensación de claustrofobia y vulnerabilidad. Los planos cerrados y la iluminación tenue crean una atmósfera opresiva que impregna cada escena. La banda sonora, minimalista y perturbadora, complementa a la perfección la acción en pantalla, generando una experiencia auditiva que es tanto inquietante como inolvidable. Robert Aramayo ofrece una actuación convincente como Alex, un hombre atormentado por su pasado y consumido por la necesidad de comprender lo que está sucediendo. La película está especialmente cuidada en la creación de los efectos de sonido, que son sutiles pero, al mismo tiempo, tremendamente efectivos, logrando transmitir la sensación de que algo maligno está presente, acechando en las sombras.

Si bien la película podría haber beneficiado de un ritmo más vertiginoso en algunas ocasiones, la atmósfera, la actuación de Kate Siegel y la dirección de Flanagan hacen de "They Talk" una experiencia cinematográfica profundamente inquietante y memorable, que se queda contigo mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar. No es un susto fácil, sino una reflexión sobre la memoria, el dolor y la posibilidad de que el pasado nunca realmente termine.

Nota: 8/10